CRÓNICAS DE LA VILLA DE FUENTELCÉSPED

Creando futuro, recuperando el pasado

miércoles, 22 de abril de 2015

La Desamortización española de Pascual Madoz




La desamortización española, históricamente hablando,  constituyó un  larguísimo proceso histórico, económico y social que se inició en 1798 con la conocida Desamortización de Godoy, a pesar de haber habido un antecedente en el reinado de Carlos III, culminando ya bien entrado el siglo XX, concretamente el 16 de diciembre de 1924.
Pablo de Olavide

La desamortización  Consistía en poner en venta al mercado, previa expropiación forzosa y mediante una subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces no se podían enajenar (vender, hipotecar o ceder) y que se encontraban en poder de las llamadas “manos muertas”, es decir, la Iglesia Católica y las órdenes religiosas, que de modo constante los habían acumulado atesorándolos como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y abintestatos (una especie de procedimiento judicial sobre herencia y adjudicación de bienes de quien muere sin testar) como los llamados baldíos y las tierras comunales de los municipios, que servían de complemento para la precaria economía de los campesinos. Igualmente eran y son propietarios de la mayoría de templos de España, entre ellos Fuentelcésped, que nunca fueron costeados o construidos por los obispados correspondientes, oscuras argucias, algunas solapadas con miedo a los fieles, terminarían a otorgarles injustamente la propiedad, aunque sí de modo legal; actualmente y desde hace poco más de una década esto queda consolidado al aprobar el gobierno de turno un consentimiento para la inmatriculación directa de bienes de la Iglesia sin pasar por los registros ordinarios. Dicho con las palabras de Francisco Tomás y Valiente, la desamortización española presentó "las características siguientes: apropiación por parte del Estado y por decisión unilateral suya de bienes inmuebles pertenecientes a «manos muertas»; venta de los mismos y asignación del importe obtenido con las ventas a la amortización de los títulos de la deuda"
Gaspar Melchor de Jovellanos

Aparte de las citadas, durante el siglo XIX se llevan a cabo las llamadas Desamortizaciones Liberales, que en ningún momento y de modo alguno (según parece) afectarían a  la Villa de Fuentelcésped; dichas desamortizaciones fueron: En el reinado de José Bonaparte (1808-1813) Las Cortes de Cádiz (1810-1814) El trienio Liberal (1820-1823) La desamortización de Mendizábal (1836-1837) de algún modo la más popular o conocida que tanto daño causó a nuestro patrimonio.
Juan Álvarez Mendizabal

La desamortización de Mendizábal, ministro de la regente María Cristina de Borbón, en 1836, tuvo unas consecuencias muy importantes para la historia económica y social de España. Como la división de los lotes se encomendó a comisiones municipales, éstas se aprovecharon de su poder para hacer manipulaciones y configurar grandes lotes inasequibles a los pequeños propietarios pero pagables, en cambio, por las oligarquías muy adineradas que podían comprar tanto grandes lotes como pequeños. Los pequeños labradores no pudieron entrar en las pujas y las tierras fueron compradas por nobles y burgueses urbanos adinerados, de forma que no pudo crearse una verdadera burguesía o clase media en España que sacase al país de su marasmo. Los terrenos desamortizados por el gobierno fueron únicamente los pertenecientes al clero regular. Por esto la Iglesia tomó la decisión de excomulgar tanto a los expropiadores como a los compradores de las tierras, lo que hizo que muchos no se decidieran a comprar directamente las tierras y lo hicieron a través de intermediarios o testaferros.
Pascual Madoz
Retrato de Madoz publicado en La Ilustración en 1870

Y por último la de Pascual Madoz en 1885, que junto la de Mendizábal constituyen las dos desamortizaciones más importantes del periodo liberal decimonónico. Siendo ministro de Hacienda Pascual Madoz realiza una nueva desamortización que fue ejecutada con mayor control que la de Mendizábal. El jueves 3 de mayo de 1855 se publicaba en La Gaceta de Madrid y el 31 la Instrucción para realizarla.

Con una importancia mayor a las anteriores desamortizaciones El estado ingresó 7 856.000.000 reales entre 1855 y 1895, casi el doble de lo obtenido con la desamortización de Mendizábal. Este dinero se dedicó fundamentalmente a cubrir el déficit del presupuesto del Estado, amortización de deuda pública y obras públicas, reservándose 30 millones de reales anuales para la reedificación y reparación de las iglesias de España.

Bienes afectados por la "Ley Madoz" o Ley general de desamortización de 1 de mayo de 1855
Se declaran en estado de venta, con arreglo a las prescripciones de la presente ley, y sin perjuicio de cargas y servidumbres a que legítimamente estén sujetos, todos los predios rústicos y urbanos, censos y foros pertenecientes: al Estado, al clero, a las órdenes militares de Santiago, Alcántara, Montesa y San Juan de Jerusalén, a cofradías, obras pías y santuarios, al secuestro del exinfante Don Carlos, a los propios y comunes de los pueblos, a la beneficencia, a la instrucción pública. Y cualesquiera otros pertenecientes a manos muertas, ya estén o no mandados vender por leyes anteriores.

En conjunto, se calcula que de todo lo desamortizado, el 30 % pertenecía a la iglesia, el 20 % a beneficencia y un 50 % a las propiedades municipales, fundamentalmente de los pueblos. El Estatuto Municipal de José Calvo Sotelo de 1924 derogó definitivamente las leyes sobre desamortización de los bienes de los pueblos y con ello la desamortización de Madoz.

En 1850 Pascual Madoz publicó su Diccionario Geográfico-Estadístico Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. En este Diccionario plasmó el modo de vida de sus contemporáneos y al mismo tiempo recogió la Industria que había en cada uno de los Lugares, Pueblos, Villas, Ciudades, Capitales, Partidos Judiciales y Provincias. En este contexto aparecen los Molinos harineros de río, los Molinos de viento, las Tahonas, los Molinos de aceite, los Batanes, las Ferrerías y las distintas Fábricas que se movían hidráulicamente en aquellos momentos. También hace referencia a los que estaban derruidos o en ruinas. En definitiva se trata de saber cuántos elementos de estas características recopiló en su Diccionario Pascual Madoz y de este modo poder contar con una base para futuras investigaciones.

Tengamos en cuenta que cuando Madoz se decidió a crear esta obra, era una época en la que en muchos lugares al maestro se le seguía pagando con cahíces de trigo. Que las distancias se medían muchas veces por tiros de bala y leguas. Esto queda patente cuando anota que en Badajoz en el término de Higuera la Real por medio de una acequia molían 22 molinos harineros, estando el primero a cinco tiros de bala de la villa y el último a tres cuartos de legua. Construidos todos en línea recta formando una especie calle y a distancia de dos o tres tiros, de unos a otros. 

Cuestión que queda reflejada en la mayoría de pueblos que describe, al igual que Fuentelcésped.

Gracias a este diccionario de Pascual Madoz podemos conocer el inventario en aquel año de la Villa de Fuentelcésped:

FUENTE EL CÉSPED: v. Con ayunt. en la prov., sud. Terr. Y c,g, de Burgos (11/2 leg), dioc. de Segovia y part. Jud. de Aranda de Duero (1) SIT. entre los ríos Duero y Riaza, en CLIMA sano y espuesto a los vientos del N.O. LAS CASAS de que se componen son de mediana construcción, contándose entre ellas la consistorial que sirve también de escuela, a esta que es de ambos sexos concurren 150 alumnos bajo la dirección de un maestro dotado de 1.500 rs.; en el centro de la población hay una fuente abundante con dos caños y un hermoso y grande pilón de piedra muy fina, en el que pueden beber a un tiempo 30 caballerías; la iglesia parroquial (San Miguel Arcángel) es de term. y la sirve un capellán de sangre, consta de tres naves con un gran crucero, presbiterio, órgano, coro, 9 retablos, bóvedas y media naranja de ladrillo con sus canceles, primorosas puertas y mediana portada, todo de moderna construcción; en la jurisd. de esta villa existen también 3 ermitas San Isidro, Santa Barbara y Nuestra Señora de Nava, de las cuales la primera se halla casi arruinada, á diferencia de la última que es famosa y de fabricación moderna, teniendo crucero, espadañas, coro, sacristía, bóvedas de ladrillo y 3 retablos; la otra manifiesta ser muy antigua. Confine el TERM. N. Fresnillo de las Dueñas; E. Santa Cruz de la Salceda; S. Milagros, y O. Fuentespina. El TERRENO participa de monte y llano, bañándolo el arroyo llamado de Nava, que nace en Castillejo y pasa a un tiro de bala de la v. que se describe; hay dos montes poblados de encinas, enebros, álamos negros y blancos y varias canteras de piedra blanca y rubia no muy fuerte. CAMINOS: existen algunos de ruedas que atraviesan el término sin entrar en la población., dirigiendo a diferentes pueblos limítrofes: PROD: granos, patatas, vino, cáñamos, pastos y ganado. IND.; la agricultura y 4 tiendas. POBL.: 214 vec. 857 almas. CAP. PROD: 1.977,610 RS. IMP.: 203,023. CONTR.: 23,968 rs. 15 mrs.

Fuente el Césped pasa a llamarse Fuentelcésped. Censo 1857


N. Lo escrito en cursiva es transcripción literal.

1 comentario:

  1. Nada mal vendría en los momentos actuales una profunda desamortización a los organos eclesiales, como respuesta a todo lo apropiado inmatriculandolo a nombre de diocesis y arzobispados cuando no les correspondía. Todo esto con la complicidad del gobierno de turno que lo ha visto con buenos ojos.

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