La
desamortización española, históricamente hablando,
constituyó un larguísimo proceso
histórico, económico y social que se inició en 1798 con la conocida
Desamortización de Godoy, a pesar de haber habido un antecedente en el reinado de
Carlos III, culminando ya bien entrado el siglo XX, concretamente el 16 de
diciembre de 1924.
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Pablo de Olavide |
La
desamortización Consistía en poner en
venta al mercado, previa expropiación forzosa y mediante una subasta pública,
las tierras y bienes que hasta entonces no se podían enajenar (vender,
hipotecar o ceder) y que se encontraban en poder de las llamadas “manos
muertas”, es decir, la Iglesia Católica y las órdenes religiosas, que de modo
constante los habían acumulado atesorándolos como habituales beneficiarias de
donaciones, testamentos y abintestatos (una especie de procedimiento judicial
sobre herencia y adjudicación de bienes de quien muere sin testar) como los
llamados baldíos y las tierras comunales de los municipios, que servían de
complemento para la precaria economía de los campesinos. Igualmente eran y son
propietarios de la mayoría de templos de España, entre ellos Fuentelcésped, que nunca fueron
costeados o construidos por los obispados correspondientes, oscuras argucias, algunas
solapadas con miedo a los fieles, terminarían a otorgarles injustamente la
propiedad, aunque sí de modo legal; actualmente y desde hace poco más de una
década esto queda consolidado al aprobar el gobierno de turno un consentimiento
para la inmatriculación directa de bienes de la Iglesia sin pasar por los
registros ordinarios. Dicho con las
palabras de Francisco Tomás y Valiente, la desamortización española presentó
"las características siguientes: apropiación por parte del Estado y por
decisión unilateral suya de bienes inmuebles pertenecientes a «manos muertas»;
venta de los mismos y asignación del importe obtenido con las ventas a la
amortización de los títulos de la deuda"
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Gaspar Melchor de Jovellanos |
Aparte
de las citadas, durante el siglo XIX se llevan a cabo las llamadas Desamortizaciones
Liberales, que en ningún momento y de modo alguno (según parece) afectarían
a la Villa de Fuentelcésped; dichas
desamortizaciones fueron: En el reinado de José Bonaparte (1808-1813) Las
Cortes de Cádiz (1810-1814) El trienio Liberal (1820-1823) La desamortización
de Mendizábal (1836-1837) de algún modo la más popular o conocida que tanto
daño causó a nuestro patrimonio.
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Juan Álvarez Mendizabal |
La
desamortización de Mendizábal, ministro de la regente María Cristina de Borbón,
en 1836, tuvo unas consecuencias muy importantes para la historia económica y
social de España. Como la división de los lotes se encomendó a comisiones
municipales, éstas se aprovecharon de su poder para hacer manipulaciones y
configurar grandes lotes inasequibles a los pequeños propietarios pero
pagables, en cambio, por las oligarquías muy adineradas que podían comprar
tanto grandes lotes como pequeños. Los pequeños labradores no pudieron entrar
en las pujas y las tierras fueron compradas por nobles y burgueses urbanos
adinerados, de forma que no pudo crearse una verdadera burguesía o clase media
en España que sacase al país de su marasmo. Los terrenos desamortizados por el
gobierno fueron únicamente los pertenecientes al clero regular. Por esto la
Iglesia tomó la decisión de excomulgar tanto a los expropiadores como a los
compradores de las tierras, lo que hizo que muchos no se decidieran a comprar
directamente las tierras y lo hicieron a través de intermediarios o testaferros.
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Pascual Madoz |
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Retrato de Madoz publicado en La Ilustración en 1870 |
Y
por último la de Pascual Madoz en 1885, que junto la de Mendizábal constituyen
las dos desamortizaciones más importantes del periodo liberal decimonónico.
Siendo ministro de Hacienda Pascual Madoz realiza una nueva desamortización que
fue ejecutada con mayor control que la de Mendizábal. El jueves 3 de mayo de
1855 se publicaba en La Gaceta de Madrid y el 31 la Instrucción para
realizarla.
Con
una importancia mayor a las anteriores desamortizaciones El estado ingresó 7 856.000.000 reales entre 1855 y 1895, casi el doble
de lo obtenido con la desamortización de Mendizábal. Este dinero se dedicó
fundamentalmente a cubrir el déficit del presupuesto del Estado, amortización
de deuda pública y obras públicas, reservándose 30 millones de reales anuales
para la reedificación y reparación de las iglesias de España.
Bienes
afectados por la "Ley Madoz" o Ley general de desamortización de 1 de
mayo de 1855
Se declaran en estado de venta, con
arreglo a las prescripciones de la presente ley, y sin perjuicio de cargas y
servidumbres a que legítimamente estén sujetos, todos los predios rústicos y
urbanos, censos y foros pertenecientes: al Estado, al clero, a las órdenes
militares de Santiago, Alcántara, Montesa y San Juan de Jerusalén, a cofradías,
obras pías y santuarios, al secuestro del exinfante Don Carlos, a los propios y
comunes de los pueblos, a la beneficencia, a la instrucción pública. Y
cualesquiera otros pertenecientes a manos muertas, ya estén o no mandados
vender por leyes anteriores.
En conjunto, se calcula
que de todo lo desamortizado, el 30 % pertenecía a la iglesia, el 20 % a
beneficencia y un 50 % a las propiedades municipales, fundamentalmente de los
pueblos. El Estatuto Municipal de José Calvo Sotelo de 1924 derogó
definitivamente las leyes sobre desamortización de los bienes de los pueblos y
con ello la desamortización de Madoz.
En
1850 Pascual Madoz publicó su Diccionario Geográfico-Estadístico Histórico de
España y sus posesiones de Ultramar. En este Diccionario plasmó el modo de vida
de sus contemporáneos y al mismo tiempo recogió la Industria que había en cada
uno de los Lugares, Pueblos, Villas, Ciudades, Capitales, Partidos Judiciales y
Provincias. En este contexto aparecen los Molinos harineros de río, los Molinos
de viento, las Tahonas, los Molinos de aceite, los Batanes, las Ferrerías y las
distintas Fábricas que se movían hidráulicamente en aquellos momentos. También
hace referencia a los que estaban derruidos o en ruinas. En definitiva se trata
de saber cuántos elementos de estas características recopiló en su Diccionario
Pascual Madoz y de este modo poder contar con una base para futuras
investigaciones.
Tengamos
en cuenta que cuando Madoz se decidió a crear esta obra, era una época en la
que en muchos lugares al maestro se le seguía pagando con cahíces de trigo. Que
las distancias se medían muchas veces por tiros de bala y leguas. Esto queda
patente cuando anota que en Badajoz en el término de Higuera la Real por medio
de una acequia molían 22 molinos harineros, estando el primero a cinco tiros de
bala de la villa y el último a tres cuartos de legua. Construidos todos en
línea recta formando una especie calle y a distancia de dos o tres tiros, de
unos a otros.
Cuestión que queda reflejada en la mayoría de pueblos que describe, al igual que Fuentelcésped.
Cuestión que queda reflejada en la mayoría de pueblos que describe, al igual que Fuentelcésped.
Gracias
a este diccionario de Pascual Madoz podemos conocer el inventario en aquel año
de la Villa de
Fuentelcésped:
FUENTE EL CÉSPED: v. Con ayunt. en la
prov., sud. Terr. Y c,g, de Burgos (11/2 leg), dioc. de Segovia y part. Jud. de
Aranda de Duero (1) SIT. entre los ríos Duero y Riaza, en CLIMA sano y espuesto
a los vientos del N.O. LAS CASAS de que se componen son de mediana
construcción, contándose entre ellas la consistorial que sirve también de
escuela, a esta que es de ambos sexos concurren 150 alumnos bajo la dirección
de un maestro dotado de 1.500 rs.; en el centro de la población hay una fuente
abundante con dos caños y un hermoso y grande pilón de piedra muy fina, en el
que pueden beber a un tiempo 30 caballerías; la iglesia parroquial (San Miguel
Arcángel) es de term. y la sirve un capellán de sangre, consta de tres naves
con un gran crucero, presbiterio, órgano, coro, 9 retablos, bóvedas y media
naranja de ladrillo con sus canceles, primorosas puertas y mediana portada,
todo de moderna construcción; en la jurisd. de esta villa existen también 3
ermitas San Isidro, Santa Barbara y Nuestra Señora de Nava, de las cuales la
primera se halla casi arruinada, á diferencia de la última que es famosa y de
fabricación moderna, teniendo crucero, espadañas, coro, sacristía, bóvedas de
ladrillo y 3 retablos; la otra manifiesta ser muy antigua. Confine el TERM. N.
Fresnillo de las Dueñas; E. Santa Cruz de la Salceda; S. Milagros, y O.
Fuentespina. El TERRENO participa de monte y llano, bañándolo el arroyo llamado
de Nava, que nace en Castillejo y pasa a un tiro de bala de la v. que se
describe; hay dos montes poblados de encinas, enebros, álamos negros y blancos
y varias canteras de piedra blanca y rubia no muy fuerte. CAMINOS: existen
algunos de ruedas que atraviesan el término sin entrar en la población.,
dirigiendo a diferentes pueblos limítrofes: PROD: granos, patatas, vino,
cáñamos, pastos y ganado. IND.; la agricultura y 4 tiendas. POBL.: 214 vec. 857
almas. CAP. PROD: 1.977,610 RS. IMP.: 203,023. CONTR.: 23,968 rs. 15 mrs.
Fuente
el Césped pasa a llamarse Fuentelcésped. Censo 1857
N. Lo escrito en cursiva es transcripción literal.
Nada mal vendría en los momentos actuales una profunda desamortización a los organos eclesiales, como respuesta a todo lo apropiado inmatriculandolo a nombre de diocesis y arzobispados cuando no les correspondía. Todo esto con la complicidad del gobierno de turno que lo ha visto con buenos ojos.
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