CRÓNICAS DE LA VILLA DE FUENTELCÉSPED

Creando futuro, recuperando el pasado

miércoles, 29 de abril de 2015

Nostalgia ferroviaria de la estación de Fuentelcésped


Nostalgia ferroviaria de la estación de Fuentelcésped

Volviendo al tópico asaz conocido Cualquier tiempo pasado fue mejor entre otros y sin lugar a dudas nos referiríamos a lo que actualmente queda de la Estación de Fuentelcésped, que situada a un kilómetro del pueblo daba servicio a nuestra villa distante un kilómetro de la misma. Igualmente daba servicio a Santa Cruz de la Salceda, algo más retirado, para el cual se construyó el apeadero anterior dos kilómetros antes de esta dependencia, situada en el p.k. 173,7. La estación se encuentra en la carretera que une las dos poblaciones.

Estado actual de la estación de Fuentelcésped, imágen cortesía de Antonio García
Desde hace bastante tiempo que los trenes no paraban en esta estación, así que si teníamos que tomar el tren bien a Burgos o Madrid, la estación más próxima era la de Aranda de Duero  a diez kilómetros de la Villa de Fuentelcésped, pero al inaugurarse la A1 casi todos los viajeros optaban por la utilización de líneas regulares de autobús desde Aranda de Duero, de precio más bajo, mayores frecuencias con una duración similar del trayecto en cuanto a tiempo de viaje se refiere.

Aquí comenzó el declive y la ruina de esta estación cebándose en ella el vandalismo, la rapiña y los inconformistas con sus incongruentes pintadas. Todavía conserva su fuente al pie de la carretera que sufrió una acertada restauración y mejora, tanto de su caudal de agua como de su aspecto y jamás volvió a registrar sequía. Estas obras fueron acometidas con acierto en la pasada década por el Ayuntamiento de Fuentelcésped.

Imágen cortesía de Antonio García
Desde hace pocos años, esta línea de ancho ibérico, vía única  (aunque preparada para doble vía) y sin electrificar que daba servicio con el país vecino allende los Pirineos )a pesar que el trayecto más común era Madrid – Burgos y viceversa) la línea entre Madrid y Aranda de Duero dejó de funcionar, desviándose el tráfico ferroviario a Burgos a través de Medina del Campo, las causas según cuentan es que un derrumbe sepultó a una locomotora     en el túnel que horada Somosierra en Mayo de 2011 y desde la fecha, bien por falta de medios o presupuesto, por sus rieles no circulan trenes y tanto el abandono de la línea como el deterioro de sus estaciones han sido progresivos.

Placa en la Estación de Burgos, imágen bajo licencia Creative Commons

La línea fue inaugurada por el dictador el día 4 de julio de 1968, Esta línea de ferrocarril se empezó a construir en 1926, formando parte del Plan Guadalhorce de Ferrocarriles de Urgente construcción. Las obras quedaron interrumpidas tanto por la Guerra Civil como por la dilatada resolución de los nuevos enlaces ferroviarios de Madrid, con los cuales debía conectar. Inaugurada por Francisco Franco, como hemos dicho, su objetivo era reducir el recorrido entre la capital y la frontera francesa en 90 kilómetros, evitando el paso por Ávila y Valladolid. El día de su inauguración fue “fiesta grande” en todas las estaciones por donde discurría la línea, principalmente en Burgos, fin de trayecto, donde el solemne acto fue presidido por Franco, como es de imaginar, y curiosamente acudieron nuestros Danzantes, Los Danzantes de Fuentelcésped a poner la nota de color al son de dulzainas y paloteo; de ello fue fiel testigo nuestro vecino Julián Marinas que se lo relató a este cronista.

Aquellos treinta y tantos años que duró la construcción del ferrocarril tuvieron igualmente muchos episodios trágicos, al menos en Fuentelcésped en sus comienzos tenemos la noticia que publicaba La Vanguardia, el día 26 de Octubre de 1928:
En el pueblo de Fuentelcésped mientras unos obreros se hallaban trabajando en el ferrocarril de Madrid a Burgos, explotó un barreno alcanzando a Avelino Pascual, de 19 años; Ricardo Pascual, de 21 y Valeriano Guijarro, de la misma edad. Todos resultaron heridos de gravedad.


En Julio de 1988, una nota publicada en un medio popular de Fuentelcésped, nos daba una noticia sobre la omisión de parada en la estación:
Por la poca afluencia de pasajeros y algunos altercados de desaprensivos que resultaron no ser del pueblo el tren dejó de parar en nuestra estación, lo que motivó una reacción popular en contra de la decisión de RENFE, llevandose a la práctica una recogida de firmas con vistas a revindicar la parada del tren en nuestra localidad (Lagarejo 25/12/88)

Hace apenas unos años una circular publicada por ADIF, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias de España, suspende oficialmente en ambas direcciones la circulación de trenes con servicio comercial a través de la línea 102 (Aranda-Madrid Chamartín), la cual en realidad no tenía tráfico ferroviario desde hace varios años.
La suspensión oficial es desde el punto kilométrico 184’699 en Aranda de Duero-El Montecillo hasta el 36’345 en Manzanares-Soto deltren_102 Real, suponiendo la práctica clausura oficiosa de esta infraestructura. No olvidemos que si bien el propietario de toda la red ferroviaria es el Estado Español a través del Ministerio de Fomento –por tanto el único que podría clausurarla oficialmente-, ADIF es la entidad pública empresarial dependiente de Fomento que tiene entre otros objetivos la gestión de la explotación de las líneas de ferrocarril.
La decisión de ADIF está fundamentada en “la baja temporal de las instalaciones de seguridad del Control de Tráfico Centralizado (CTC)”, como consecuencia del robo de cable de los sistemas de señalización y seguridad hace algún tiempo, que causó el inmediato apagado de las señales luminosas así como del control remoto de todos los aparatos de vía. Igualmente la entidad estatal justifica la medida “en la interceptación de la línea en el punto kilométrico 104’100”, o sea el hundimiento sufrido por el túnel de Somosierra hace cuatro años.
Estado de hace unos años de la estación de Fuentelcésped (Autor desconocido)
Es evidente que desde los años 90 las políticas ferroviarias en España han estado enfocadas por los diferentes gobiernos hacia los trenes de alta velocidad, con lo cual todos los presupuestos (recortados de por si en los últimos años por la crisis) están dirigidos a la construcción de nuevos trazados para los mismos y al mantenimiento de los trazados de alta velocidad existentes. Todas las demás han sido recalificadas como “líneas secundarias” y las inversiones en mantenimiento de las mismas han sido mínimas.
La merma en la inversión en mantenimiento de las líneas ferroviarias tradicionales, como consecuencia de esa centralización tren 102b presupuestaria en la alta velocidad, ha venido deteriorando necesariamente con el paso de los años el estado de las mismas. Su empeoramiento ha traído consigo una importante reducción de las velocidades de circulación de los trenes y consecuentemente un incremento en los tiempos de realización de los trayectos. La consecuencia final no es otra, que el pasajero prefiera utilizar el autobús o el coche y dejar de lado el tren tradicional.            (http://www.periodicolaribera.com/2015/01/un-nuevo-paso-en-la-agonia-del-directo-madrid-burgos/)
Uno de los últimos Talgo que circuló frente a la estación de Fuentelcésped

De momento, aunque solo sea por el recuerdo de aquellos olvidados viajes en tren, de tardes de merienda en la estación, de reparadores tragos de “casi agua bendita” de su fuente, de tardes de invierno en espera en su interior junto a la humeante estufa… se pide una intervención nostálgica del entorno y si fuera posible la apertura de aquella vía férrea, como miles de vecinos de Aranda y su comarca lo reclaman a gritos, a tal efecto se ha nombrado una plataforma que reclama justamente la reapertura del tráfico ferroviario con Madrid.

martes, 28 de abril de 2015

Una extraña culebra fue noticia en 1976

Una extraña culebra fue noticia en 1976

Aunque parezca extraño y máximo por el frío reinante en esa época del año (máxime en Fuentelcésped) saltó a los titulares de la prensa nacional, concretamente entre otros el diario ABC, del 29 de diciembre de 1976 un raro hallazgo de un espécimen del género de los colúbridos, culebra vulgarmente dicha.

No es extraño encontrar por nuestros campos a semejantes bichos, inclusive hasta en el casco urbano en ocasiones, dado que estamos “sitiados” por un entorno natural.

Pero la culebra en cuestión, y eso que existen 1800 especies, se trataba de una culebra policéfala,  es decir,  que era poseedora de dos cabezas.

Como debía de ser natural en aquellos años, y hasta en casos actualmente, los que descubrieron a esta extraña culebra la redujeron a garrotazo limpio hasta abatirla.
Aparte de correr la noticia por toda la comarca, el citado diario ABC, lo narraba como noticia de agencia del siguiente modo:

UNA CULEBRA DE DOS CABEZAS MUERTA EN ARANDA DE DUERO.-  Burgos (Europa Press.) Una larga culebra de dos cabezas fue descubierta y muerta por un grupo de jóvenes en el monte La Dehesa, situado en el término municipal de Fuentelcésped, a 10 kilómetros de Aranda de Duero.
El hecho ha causado una gran expectación en toda la comarca arandina. La presa que fue reducida a palos, ha quedado expuesta en el Ayuntamiento de la citada localidad burgalesa para que pueda ser contemplada por los vecinos y curiosos que lo deseen.


Todavía, a pesar de mediar casi 39 años del suceso algunos fuentelcespenses recuerdan aquello. Que un niño nazca con dos cabezas ya no asombra a los mortales, pero que suceda con una serpiente llama la atención, porque desde siempre y en el libro de Revelación de la Biblia, se habla de serpientes y dragones que con más de una cabezas, presagian tiempos difíciles... Así que vaya usted a saber pues ¿Acaso han existido en algún momento tiempos fáciles?.

Las campanas de Fuentelcésped

Las campanas de Fuentelcésped

N
o existen datos fiables en la villa quién fue el campanista o campanero que allá por los siglos XVII - XVIII fabricó las campanas que alberga la  torre. Lo que sin duda alguna, se puede imaginar, que las campanas fueron fundidas en este mismo pueblo, y por ser más exactos, dado el gran espacio, en la misma plaza; ya que el estado del firme de los caminos en esta época y las malas condiciones del transporte existente al hacerse normalmente en carretas de bueyes o caballerías, hacia necesario efectuar la fundición en lugar próximo evitando que se quebrasen o rajaran durante el tortuoso y difícil transporte.

Imágen procedente de oficiostradicionales.net 
Se relatan datos fiables sobre el gremio de campaneros, que existieron muchos desde la edad media en nuestra Península, que aparte de trabajar para la mayoría de pueblos y ciudades de España, llegaron a ser solicitados a partir del renacimiento en muchas localidades de Europa y América, como los campaneros de la comarca cántabra de Transmiera:
 
De su importancia destaca el hecho de que importantes catedrales en México o Perú posean campanas hechas por trasmeranos a pie de obra. Así en Lima se fundió en 1797 para su catedral la campana denominada "La Cantabria" que refleja la importancia de estos artesanos y su lugar de procedencia.
En 1753 se realizaría por maestros fundidores de Arnuero la considerada campana más grande de España, de 14,4 toneladas, destinada a la catedral de Toledo, conocida en esta ciudad como la "Campana gorda" y en la que se estuvo trabajando durante dos años. Cuentan las crónicas que cuando se estrenó, su sonido provocó la ruptura de los cristales de la ciudad, lo que obligó a agujerearla para amortiguar el volumen de sus tañidos, y que del susto "malparieron" todas las damas que estaban embarazadas. (https://es.wikipedia.org/wiki/Comarca_de_Trasmiera) 

Con seguridad sería todo un acontecimiento la llegada del campanero a Fuentelcésped cuando tras descargar en la plaza los metales y demás trebejos de su oficio se ponía manos a la obra.

En el supuesto, casi posible, que el trabajo se hubiera realizado in situ, el proceso se realizaría del siguiente modo: En primer lugar comenzaba la operación construyendo con sus ayudantes un horno de colosales proporciones, junto a este un hoyo con una holgada amplitud para que cupiese el molde y los operarios manteniendo una adecuada movilidad. Una vez montado este fenomenal tinglado  se apilaban las leñas de sabina (mal llamado enebro en esa zona) y encina como el bronce, que normalmente procedía de campanas rajadas o desechadas. El campanero tomaba medida del arco del que se suspendería la campana una vez se le había informado si la campana iba a ser volteada o simplemente ser tañida.

Después se procedía a la primera de las seis fases que exigía la fundición artesanal, construyendo el núcleo, una campana de ladrillo o adobe con recubrimiento de tierra, pulida y lustrada sin dejar una sola fisura que produjese un eventual escape. La siguiente fase se llevaba a cabo recubriendo el núcleo con una capa de arcilla del grosor estimado de la campana que se desease fundir; Cuando el campanista era un consumado experto realizaba en dicho molde series de dibujos, filigranas o alguna leyenda que le hubiesen indicado: verbigracia, nombre del santo a quien iba dedicada, con unos cordones, que actuaban en la tercera fase de su construcción. Sobre otra falsa campana de materiales bien trabados y colocada sobre la arcilla anteriormente depositada, se efectuaba un agujero que sería imprescindible para la última operación.

La cuarta parte se constituía como la más delicada de todas, efectuándose con milimétrico cuidado, rompiendo acto seguido, colocando otra vez el molde externo con gran cuidado, precisión y centrado. Se pasaba después a la quinta fase: encender el horno y conseguir una altísima temperatura. Una vez calentado el metal, comprobando la correcta aleación cobre estaño para conseguir un bronce adecuado se transvasaba la colada por un canal desde la base del horno al vértice del molde por donde corría el líquido incandescente, ocupando el espacio que anteriormente lo había hecho la arcilla.

Después a esperar, sin ninguna prisa, el enfriamiento del metal. Después se procedía a romper los moldes y aparecía la campana con todos sus dibujos e inscripciones. Acto seguido se procedía a un trabajo más sencillo, como aparejar la campana de yugo y badajo.

Ahora vendría lo más difícil: al no poder subir la campana por las escaleras interiores de la torre, habría que hacerlo por su fachada con una rudimentaria grúa con estructura de madera mediante un sistema de poleas. Para que en el penduléo de su izado no se golpease contra la pared, un campanero se sentaba a horcajadas sobre su cúspide y estirando sus piernas guiaba su ascensión apoyando sus pies en los lienzos, evitando así el peligro de rotura.

Con los nuevos hornos desapareció el artesanal oficio de campanista, hacedor y lutier de campanas, y curiosamente también el campanero que las tañía. Con el prodigio de la electrónica las sacristías gozan de un control  que desde la misma, sin subir al campanario, se programan los toques rituales. Este "sacristán eléctrico" como muchos lo denominan, es un campanero barato que se tañe desde la sacristía y “no se bebe el vino de consagrar”.

De los magistrales toques artesanales solo queda el recuerdo, pues nunca fue nada fácil ser un buen campanero, ni inclusive mediocre. Estos toques han llegado a nuestros días por transmisión oral y algún viejo documento:

Se tocaba a "nublo" y a tormenta entre la cruz de mayo y septiembre para preservar las cosechas.
El toque de "yelo" contra las heladas cuando brotaban las cepas.
El toque a "hombre perdido" por la niebla o nieve.
A rebato, fuego, a vendimiar, a misa, rosario, a muerto... y sin saber la razón la noche anterior al día de aguedas, como también los toques de difuntos en la noche de ánimas. El toque a parto que indicaba con detalle el sexo del recién nacido; el toque de ordeño, el de salir a pastar, y otros mas que se daban en diferentes pagos. Raras fueron las gigantescas carracas, que pocos campanarios albergaban en Castilla, que en sustitución de las campanas llamaban a los oficios en Semana Santa, en su lugar un campanillo efectuaba tal labor, que también sonaba  los viernes de Cuaresma, invitando al ayuno y abstinencia.

Estado actual de la torre del campanario de la iglesia de San Miguel (Fuentelcésped) Torre-Campanario del siglo XVII que contiene 6 campanas fechadas entre 1716, 1732, 1745, 1758, 1877 y 1980. (Inventarios de Campanas de Fuentelcésped: http://campaners.com/php/poblacio.php?numer=1847 )  
Acordarse de Santa Bárbara cuando truena

Hay quien recuerda, y son datos del siglo XX, a la persona encargada de tañer la campana de la ermita de Santa Barbara cuando se presentía tormenta para ahuyentar los "malos nublos", y salvar las cosechas del pedrisco, hasta hace poco más de 40 años, primero fue Alejandra y después Encarnación, además y a diario subían la cuesta hasta la ermita para el toque del Ángelus a mediodía y repetir el mismo toque a la una de la tarde, para entretenerse durante esa hora se subían el “mundillo” para hacer el conocido encaje de bolillos, por lo que no es de extrañar que les salieran "toque campaniles floreados".  Algo similar  ocurría, en cuanto a las tormentas, que las citadas damas fuentelcespenses subían con presteza a la mencionada ermita a la primera señal de proximidad de "nubes negras", que  cualquiera de estas dos señoras trataban de ahuyentar, conjurandolas, a toque de campana, para alejar dichas nubes que si descargaban pedrisco anhegarían las cosechas, y como se ha comentado también acaecía en Maderuelo, lo que reafirma la conocida y popular frase "sólo nos acordamos de Santa Barbara cuando truena".

Existen crónicas en Fuentelcésped cuando con todo lujo de celebración, el abad de La Vid, Fray Jerónimo González Tenorio acudió a la villa, allá por 1723 para bautizar un esquilón dedicado a San Miguel, al ser colocado en la torre de la parroquia; raro era que el presbítero local procediese a tal bautismo, estando tal evento reservado a los obispos o alguna destacada jerarquía eclesiástica.


Otro capítulo aparte merece hacer mención a las campanas de la ermita. Pero para eso no tenemos más que ver el magnífico trabajo de inventario de todas las campanas que forman parte de nuestro patrimonio en la página www.campaners.com del que es coautor un enamorado de estas campanas, se trata de Alberto Miguel Díaz actualmente concejal de festejos y cultura del Ilmo. Ayuntamiento de Fuentelcésped.

Información más completa sobre el citado inventario en 

http://campaners.com/php/poblacio.php?numer=1847
  
El campanillo llamado de San Miguel, se encontraba arpado. Casi con seguridad se tiraría desde la torre y
dormía el sueño de los justos en el armario de las escobas.

Y ahí le tenemos restaurado. Posteriormente fue colocado en su lugar.

jueves, 23 de abril de 2015

La Francesada en la Villa de Fuentelcésped

La Francesada en la Villa de Fuentelcésped

A la memoria de mi amigo
Antonio García Montes, de
quien tanto aprendí del pasado
de Fuentelcésped.



H
ace muchos años, Antonio el de la Romana, como era conocido, fue primer edil de la villa, en una de las épocas de prosperidad de la misma, cuando los alcaldes dejaron de ser designados por el Gobernador Civil de la provincia a instancias del Presidente de la Diputación, eso fue a principios de la década de 1980. Pero los relatos de hace dos siglos son los que recuerda haber oído a sus mayores y que, supuestamente a ellos les fueron referidos, es la época conocida tanto en la comarca y en otras como La Francesada y que la historia denomina como La Invasión Francesa.

Dada la situación geográfica de Fuentelcésped, a media legua del Camino de Francia y como de una y media de Aranda de Duero, donde el mando francés había instalado la subprefectura, cuya jurisdicción abarcaba una gran extensión de poblaciones más allá de la comarca ribereña, no era ajena la población al trasiego del ejército francés por la villa de un modo cotidiano a pesar de estar apartada, según se ha indicado, como 4 kilómetros de lo que fue el Camino Real de Francia, actualmente la Autovía del Norte, más con pequeñas variantes en su trazado original.

Ante constantes sublevaciones y actitudes hostiles de los pueblos ocupados, decretó el alto mando invasor severos castigos para evitar bajas en sus filas por parte de la población civil, entre tantas medidas dictadas se amenazaba con pasar por las armas a 5 lugareños si algún soldado francés era encontrado asesinado, o tener algún indicio de haberlo sido. Sin ningún lugar a duda esta villa, al igual que innumerables poblaciones, fue testigo de escaramuzas costando la vida a más de algún prepotente oficial francés como algún miembro de su soldadesca. Fingiendo simpatía y colaboración, se les conseguía con argucias y engaños aislarlos y así en solitario poder acabar con su vida, muchas veces solos los habitantes y otras con la ayuda de miembros de partidas guerrilleras de la zona.

Es recordado un fornido personaje, llamado El Tío Besuga, que aprovechaba la ocasión de grupos aislados de franceses perdidos, al preguntarle por el camino para Carrabias (Refiriéndose a la cercana población de Carabias ya que les había insistido el mando pronunciarlo de esta forma para ocultar el "gorgogeo" que en su fonética es característico.) Este paisano les enseñaba el paso, lo situaba por la puerta  de un corral, donde les instaba que pasasen de uno en uno, esperándoles tras la puerta, propinándoles un tremendo golpe, arrojándoles acto seguido a un pozo inmediato.

En cuanto a otras escaramuzas en la villa, lo que quedaba después era ocultar el cuerpo del delito, y burlar así las anunciadas represalias duras por cierto por cada soldado francés encontrado muerto como he referido; por lo tanto el cadáver, pertrechos, insignias, armamento y caballerías eran enterrados y tabicados en antiguas bodegas para que no pudiese ser hallado ningún rastro incriminatorio. Se dice que dichas bodegas son las que en la actualidad se encuentran algunas hundidas y semicegadas y que alguna vez horadaron el suelo bajo las antiguas eras de la zona de Los Pajares, en el primitivo camino de Milagros.

El final o desenlace de esta crónica ya es asaz conocido…


miércoles, 22 de abril de 2015

Las andanzas de Juan Martín “El Empecinado” por la Villa de Fuentelcésped.

Las andanzas de Juan Martín “El Empecinado” por la Villa de Fuentelcésped.

E
xisten datos documentados, y que algunas publicaciones se hicieron eco en sus relatos recogidas por varios autores, sobre una gloriosa presencia en la villa; se trata ni más ni menos que de Juan Martín Díez, El Empecinado, vallisoletano nacido en Castrillo de Duero el 2 de septiembre de 1.775. De su sobrenombre existen dos acepciones y que, por su carisma, ambas le venían a medida oportunamente: Por Castrillo de Duero, fluyen las aguas del río Botijas, que nace algo más arriba del valle en la localidad de Cuevas de Provanco, cuyas aguas depositan un cieno muy negro que llaman pecina, por ello a los paisanos de Castrillo, muchas veces en tono despectivo, les apodan empecinados, al decirse que cuando se bañan el río se "rebozaban" en dicho cieno negruzco. También la terquedad y obstinación del personaje, con toda seguridad, le hiciera merecedor de tal apelativo. El paso por la villa más recordado del famoso guerrillero, se remonta al 13 de noviembre de 1808, cuando preso en la cárcel de Burgo de Osma, denunciado por sus paisanos, logra atenazar las cadenas de los grillos, que sujetan sus tobillos, con los pies y con su fuerza descomunal logra abrir uno de los eslabones rompiendo por mitad las cadenas. Al oír el enorme alarido emitido al realizar el esfuerzo, el alcaide y tres carceleros se precipitan a abrir la puerta de la celda, asombrados no dan crédito a sus ojos. Momento que aprovecha Juan Martín para lanzarse contra la puerta arrollándoles a su paso haciéndoles rodar escaleras abajo antes que puedan hacer uso de sus armas, pasa sobre ellos en su veloz huida alcanzando la calle; corre bajo los soportales ante el asombro de la gente que se percata de sus rotas cadenas que le penden de los maléolos y que de mala manera se ha atado a la pierna para no entorpecer su carrera.

Logra abandonar la ciudad por la puerta de la muralla próxima a la catedral, en su huida hacia el oeste, en el momento que unos toques militares y redobles de tambores indican que las tropas francesas están entrando en la ciudad, en su busca con toda seguridad.
Oleo de Francisco de Goya
de Juan Martín "El Empecinado"
Sigue en su veloz huida a poniente siguiendo el astro declinante hasta llegar a San Esteban de Gormaz, continúa por los márgenes del Duero evitando caminos transitados y la noche le sorprende antes de llegar a Langa, desde allí a campo traviesa bordea el monasterio de La Vid, sorprendiéndole el amanecer en Santa Cruz de la Salceda. Repone fuerzas en casa del herrero, que al enterarse de quien se trata le libera de los grillos; tras un reparador descanso, evitando vías concurridas, recorre los cuatro kilómetros que le separan de la villa de Fuentelcésped. A mitad de su camino encuentra un buhonero descansando, que le pone al corriente de lo acaecido en el saqueo de Burgos por las tropas francesas en su avance para alcanzar Madrid: casas asaltadas y quemadas, la profanación del monasterio de las Huelgas convirtiendo el cenobio en caballerizas, sepulcros profanados, posiblemente buscando joyas, siendo venteadas sus cenizas entre los excrementos de las caballerías; grandes daños en la Cartuja de Miraflores, sobre todo en el magnífico retablo pétreo, y eso que no había llegado aún a su conocimiento la voladura del castillo que dominaba la ciudad. El tener noticia de estos acontecimientos le incrementan sus deseos de venganza.

Al caer la noche, caminando a la luz de la Luna, Juan Martín llega a la Villa de Fuentelcésped

Una vez en la Villa de Fuentelcésped, que al igual que todas las de la comarca conoce a la perfección por ser el escenario de sus correrías,pasa la noche oculto en el Granero de la Villa donde duerme hasta el siguiente día, que en la atardecida se dirige a la posada, una de las mejores surtidas de la comarca, cuyo mesonero es un buen amigo, el cual informa que han intensificado su búsqueda poniendo un alto precio a su cabeza.

No habiendo transcurrido siquiera una hora cuando hace presencia en la posada un pelotón de seis dragones del ejército francés comandados por un sargento; este ordena cerrar las puertas y que nadie abandone el mesón. Los allí presentes les miran recelosos con una mezcla de asco y desprecio. Juan Martín sabe que le buscan, pero también sabe que el conocimiento sobre sus rasgos físicos que estos poseen sobre él son con seguridad insuficientes para una rápida identificación fisonomista; así que tras aposentarse los recién llegados en una mesa y pedir de comer y beber, al Empecinado se le ocurre el modo de escapar de allí y de ellos; guiñando un ojo al posadero se ata un mandil a la cintura, y a guisa de mozo de venta, con gran desparpajo y tranquilidad, les sirve en la mesa sin levantar la más mínima sospecha; continúa su ir y venir proveyendo de vino, pan y viandas a dicha mesa donde se aposenta el escuadrón gabacho.

En uno de estos ir y venir por la posada, sale al corral donde los soldados a su llegada ataron sus cabalgaduras, así que eligiendo el mejor caballo, se aleja arrebatando el resto de equinos para que no puedan seguirle, huyendo con todo el armamento que portaban en el arzón de las sillas, sin que en ningún momento achacasen tal robo a una persona tan buscada.

Marcha tomando el suroeste a campo traviesa hasta las proximidades de la localidad de Milagros, donde tras organizar su partida, se cuenta de una escaramuza contra la retaguardia del ejército francés, que se encaminaba a Madrid, consiguiendo Juan Martín y sus adláteres tal cantidad de bajas enemigas que las aguas del río Riaza bajaban teñidas de rojo.
Recreación en Roa, del ajusticiamiento del Empecinado.  Foto. El Correo de Burgos

El Empecinado había llegado hasta Roa tras ser apresado en Olmos de Peñafiel y conducido a la Villa de Roa, por ser cabeza del partido judicial de la época y disfrutar de fueros. Pero los absolutistas no respetaron el derecho de asilo. Torturado y humillado, cuenta erróneamente la leyenda que fue exhibido en una jaula sobre un carro. Aun así, consiguió romper las cadenas que lo apresaban en un último intento de acogerse al asilo que ofrecía la Colegiata, sin poder lograrlo.
Es triste comentar que después de los grandes servicios prestados a la patria, es ahorcado, en lugar de fusilado, el 19 de agosto de 1825 en la plaza mayor de la citada localidad de Roa. A este cronista se le antoja apostillar con la licencia debida, asemejándole al Cid, sobre este templario decimonónico, que jamás tan buen vasallo mereció tan mal señor, como el nefasto Fernando VII, el mayor desastre de rey que conocieron las Españas.

El nefasto monarca Fernando VII, restaurador del absolutismo.

Entre “Gallegos” y “Taragudos”


Era y es común, casi siempre el otorgar un apodo (poner mote) a los habitantes de los pueblos vecinos o hacer coplas, aunque en algunas situaciones de modo simpático en la mayoría de casos se producía por rivalidad o de modo despectivo.

Como es natural, estos apodos siempre tenían algún fundamento mejor o peor intencionado. Fuentelcésped, no podía ser menos, una antigua rivalidad con el vecino pueblo de Santa Cruz de la Salceda, les colocó a los fuentelcespenses en apelativo de “Gallegos”, mote que corrió como reguero de pólvora por toda la comarca ribereña.


Existen varios rumores sobre los orígenes de esta denominación, la mayoría de mal gusto, despectivas y bastante ofensivas, que son de suponer que no se ajustan a la realidad del origen de “Gallegos”; sin embargo la versión más convincente creemos que nace en el pueblo citado de Santa Cruz.

Dicho mote tiene una notable antigüedad, ni más no menos de cuando sus vecinos trabajaban las tierras en el Monasterio de La Vid, y diariamente acudían a este lugar en grupo como si de una emigración masiva se tratase, necesariamente en su camino tenían que pasar por Santa Cruz de la Salceda, a cuyos vecinos se le conoce por “Taragudos”, comentaban al paso de los trabajadores:

"¡Ya vienen por ahí los Gallegos!”.

Una conocida copla conocida de la Ribera del Duero, en la que además de llamar "Gallegos" a los de Fuentelcésped, denominan "Bubillos" a los habitantes de Fuentespina, “Grajos” a los de Fresnillo de las Dueñas y “Majos” a los de Aranda de Duero, que completa y con música de jota castellana, dice así:
Santa Cruz Taragudos, Fresnillo Grajos.
Fuentelcésped Gallegos, Aranda Majos.



Como entre “Gallegos y Taragudos” anda el juego, bien conviene conocer algunos datos que seguro desconocen la mayoría de habitantes de Santa Cruz (Y por supuesto con más motivo en Fuentelcésped): La villa es de fundación medieval. Respecto a su historia institucional, cabe recordar que Santa Cruz de la Salceda era aldea de la comunidad de villa y tierra de Montejo. Junto con toda la comunidad de Montejo pasó a formar parte del señorío de la Casa de Avellaneda, más tarde recaída en la de Zúñiga. Así se mantuvo hasta el año 1811 cuando las Cortes abolieron el Régimen Señorial. Sin ningún lugar a dudas el topónimo de la villa recuerda sin duda la advocación de la Cruz, así como su ubicación primigenia en una zona abundante de sauces. Aparte de sus bodegas, Plaza Mayor con su olma y la cruz situada en la cima de la colina de la carretera de Vadocondes, de la cual la villa adoptó el nombre su apellido, Salceda, contempla de algún modo una cantidad de sauces, actualmente no muy abundantes (Jesús García y Jiménez – Por los Caminos del Temple)

De todos modos, no hemos encontrado hasta el momento el gentilicio real de los vecinos de Santa Cruz. 

Igualmente, Pascual Madoz nos informa de esta villa, en su diccionario enciclopédico, lo siguiente:
SANTA CRUZ DE LA SALCEDA. V. con ayunt. en la prov., aud. Terr. Y c.g. de Burgos (14 leg) dióc de Segovia (46 leg) y part. Jud, Aranda de Duero (2 leg): SIT. Esta pobl. Se halla parte en llano y parte en la falda de una cord. De cuestas que se extienden hácia el N. por espacio de 2 leg. ; goza de CLIMA benigno y es combatida principalmente por los vientos E. y O. , y las enfermedades comunes son las fiebres intermitentes. Tiene 120 CASAS con la municipal, entre la que merece particular mención la llamada de las Varonas, cuyo frente es de piedra sillar y mampostería, teniendo en medio de él una lápida con el escudo de armas en el que, por la parte superior se ve una cabeza de mujer con su tocado: á la derecha de dicha figura sale un brazo, cuya mano se eleva sobre dicha cabeza, en ademán de agarrar una empuñadura del sable, que hay sobre ella; a sus dos lados se ven también cabezas de genios,  y en la parte inferior dos de estos enteros, con acción de sostener el escudo. Este en su circunferencia, tiene 8 figuras que guardan proporción en las distancias, y en el centro 4 barras y además por la parte de abajo la siguiente inscripción:
Hocc est varona honoris magni digna, quoe campos, et sibi hocc nomen debellahit et arma ragalia tarraconensis provinciae.


Una escuela de ambos sexos frecuentada por 36 alumnos y otras tantas alumnas, y dotada de 1200 rs., dos copiosas y buenas fuentes se hallan dentro de la villa y térm. de igual calidad; una iglesia parroquial (Ntra. Sra. de la Asunción), y servida por un vicario perpetuo de provisión real ordinaria, y un sacristán de nombramiento del corceliano de Sepúlveda; como a 200 pasos de la población existen dos ermitas (Ntra. Sra.  de Gracia y Ntra. Sra. de Tamarón), la 1ª está al norte y sirve de cementerio, por cuya razón carece de cubierta, y la 2ª al sur en buen estado, de una sola nave bastante larga y un altar. El TERM confina con el N. con Fresnillo y Badocondes; E. Castillejo,; S. Linares y Montejo, y O. Fuente el Césped; comprende el desp. De Tamarón que se encuentra al E. a dist. De 1/2 delg. , en medio de la vega que forman 2 montañas, de las que una se encuentra al N. y la otra al S. El TERRENO es de primera, segunda y tercera calidad; que atraviesa un arroyo que nace en Castillejo, y llega a su curso del E. á O., teniendo sobre el dos puentes bajos y de ningún mérito; hay al E. dos montes poblados, el uno de encina alta y el otro de enebro. CAMINOS los que se dirigen a los pueblos limítrofes, cuyo estado es malo a pesar de estarlos componiendo todos los años. CORREO: la correspondencia se recibe de Aranda de Duero por baligero, los miércoles y domingos, despachándose los martes y sábados. PROD. : trigo, cebada, centeno, avena, patatas, cáñamo, alguna legumbre y vino, siendo la mayor cosecha la de este; cría poco ganado y prefiere el lanar churro; caza de perdices, liebres y conejos. IND: la agrícola y un molino harinero que se halla como á 1000 varas de la pobl. Y hacia el O. el cual está bastante bien conservado. POBL: 106 vec., 422 alm. CAP. PROD.: 1.734.000 rs; CONTR,: 14,558 rs, 6 mrs. El PRESUPUESTO MUNICIPAL asciende a 43.000 rs. y se cubre por el reparto vecinal en proporción á los haberes de cada uno de los vec.; el secretario del ayuntamiento está dotado con 1000 rs. 

Y esto es todo, de momento me sigo quedando con la curiosidad de conocer el gentilicio del pueblo vecino.

La Desamortización española de Pascual Madoz




La desamortización española, históricamente hablando,  constituyó un  larguísimo proceso histórico, económico y social que se inició en 1798 con la conocida Desamortización de Godoy, a pesar de haber habido un antecedente en el reinado de Carlos III, culminando ya bien entrado el siglo XX, concretamente el 16 de diciembre de 1924.
Pablo de Olavide

La desamortización  Consistía en poner en venta al mercado, previa expropiación forzosa y mediante una subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces no se podían enajenar (vender, hipotecar o ceder) y que se encontraban en poder de las llamadas “manos muertas”, es decir, la Iglesia Católica y las órdenes religiosas, que de modo constante los habían acumulado atesorándolos como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y abintestatos (una especie de procedimiento judicial sobre herencia y adjudicación de bienes de quien muere sin testar) como los llamados baldíos y las tierras comunales de los municipios, que servían de complemento para la precaria economía de los campesinos. Igualmente eran y son propietarios de la mayoría de templos de España, entre ellos Fuentelcésped, que nunca fueron costeados o construidos por los obispados correspondientes, oscuras argucias, algunas solapadas con miedo a los fieles, terminarían a otorgarles injustamente la propiedad, aunque sí de modo legal; actualmente y desde hace poco más de una década esto queda consolidado al aprobar el gobierno de turno un consentimiento para la inmatriculación directa de bienes de la Iglesia sin pasar por los registros ordinarios. Dicho con las palabras de Francisco Tomás y Valiente, la desamortización española presentó "las características siguientes: apropiación por parte del Estado y por decisión unilateral suya de bienes inmuebles pertenecientes a «manos muertas»; venta de los mismos y asignación del importe obtenido con las ventas a la amortización de los títulos de la deuda"
Gaspar Melchor de Jovellanos

Aparte de las citadas, durante el siglo XIX se llevan a cabo las llamadas Desamortizaciones Liberales, que en ningún momento y de modo alguno (según parece) afectarían a  la Villa de Fuentelcésped; dichas desamortizaciones fueron: En el reinado de José Bonaparte (1808-1813) Las Cortes de Cádiz (1810-1814) El trienio Liberal (1820-1823) La desamortización de Mendizábal (1836-1837) de algún modo la más popular o conocida que tanto daño causó a nuestro patrimonio.
Juan Álvarez Mendizabal

La desamortización de Mendizábal, ministro de la regente María Cristina de Borbón, en 1836, tuvo unas consecuencias muy importantes para la historia económica y social de España. Como la división de los lotes se encomendó a comisiones municipales, éstas se aprovecharon de su poder para hacer manipulaciones y configurar grandes lotes inasequibles a los pequeños propietarios pero pagables, en cambio, por las oligarquías muy adineradas que podían comprar tanto grandes lotes como pequeños. Los pequeños labradores no pudieron entrar en las pujas y las tierras fueron compradas por nobles y burgueses urbanos adinerados, de forma que no pudo crearse una verdadera burguesía o clase media en España que sacase al país de su marasmo. Los terrenos desamortizados por el gobierno fueron únicamente los pertenecientes al clero regular. Por esto la Iglesia tomó la decisión de excomulgar tanto a los expropiadores como a los compradores de las tierras, lo que hizo que muchos no se decidieran a comprar directamente las tierras y lo hicieron a través de intermediarios o testaferros.
Pascual Madoz
Retrato de Madoz publicado en La Ilustración en 1870

Y por último la de Pascual Madoz en 1885, que junto la de Mendizábal constituyen las dos desamortizaciones más importantes del periodo liberal decimonónico. Siendo ministro de Hacienda Pascual Madoz realiza una nueva desamortización que fue ejecutada con mayor control que la de Mendizábal. El jueves 3 de mayo de 1855 se publicaba en La Gaceta de Madrid y el 31 la Instrucción para realizarla.

Con una importancia mayor a las anteriores desamortizaciones El estado ingresó 7 856.000.000 reales entre 1855 y 1895, casi el doble de lo obtenido con la desamortización de Mendizábal. Este dinero se dedicó fundamentalmente a cubrir el déficit del presupuesto del Estado, amortización de deuda pública y obras públicas, reservándose 30 millones de reales anuales para la reedificación y reparación de las iglesias de España.

Bienes afectados por la "Ley Madoz" o Ley general de desamortización de 1 de mayo de 1855
Se declaran en estado de venta, con arreglo a las prescripciones de la presente ley, y sin perjuicio de cargas y servidumbres a que legítimamente estén sujetos, todos los predios rústicos y urbanos, censos y foros pertenecientes: al Estado, al clero, a las órdenes militares de Santiago, Alcántara, Montesa y San Juan de Jerusalén, a cofradías, obras pías y santuarios, al secuestro del exinfante Don Carlos, a los propios y comunes de los pueblos, a la beneficencia, a la instrucción pública. Y cualesquiera otros pertenecientes a manos muertas, ya estén o no mandados vender por leyes anteriores.

En conjunto, se calcula que de todo lo desamortizado, el 30 % pertenecía a la iglesia, el 20 % a beneficencia y un 50 % a las propiedades municipales, fundamentalmente de los pueblos. El Estatuto Municipal de José Calvo Sotelo de 1924 derogó definitivamente las leyes sobre desamortización de los bienes de los pueblos y con ello la desamortización de Madoz.

En 1850 Pascual Madoz publicó su Diccionario Geográfico-Estadístico Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. En este Diccionario plasmó el modo de vida de sus contemporáneos y al mismo tiempo recogió la Industria que había en cada uno de los Lugares, Pueblos, Villas, Ciudades, Capitales, Partidos Judiciales y Provincias. En este contexto aparecen los Molinos harineros de río, los Molinos de viento, las Tahonas, los Molinos de aceite, los Batanes, las Ferrerías y las distintas Fábricas que se movían hidráulicamente en aquellos momentos. También hace referencia a los que estaban derruidos o en ruinas. En definitiva se trata de saber cuántos elementos de estas características recopiló en su Diccionario Pascual Madoz y de este modo poder contar con una base para futuras investigaciones.

Tengamos en cuenta que cuando Madoz se decidió a crear esta obra, era una época en la que en muchos lugares al maestro se le seguía pagando con cahíces de trigo. Que las distancias se medían muchas veces por tiros de bala y leguas. Esto queda patente cuando anota que en Badajoz en el término de Higuera la Real por medio de una acequia molían 22 molinos harineros, estando el primero a cinco tiros de bala de la villa y el último a tres cuartos de legua. Construidos todos en línea recta formando una especie calle y a distancia de dos o tres tiros, de unos a otros. 

Cuestión que queda reflejada en la mayoría de pueblos que describe, al igual que Fuentelcésped.

Gracias a este diccionario de Pascual Madoz podemos conocer el inventario en aquel año de la Villa de Fuentelcésped:

FUENTE EL CÉSPED: v. Con ayunt. en la prov., sud. Terr. Y c,g, de Burgos (11/2 leg), dioc. de Segovia y part. Jud. de Aranda de Duero (1) SIT. entre los ríos Duero y Riaza, en CLIMA sano y espuesto a los vientos del N.O. LAS CASAS de que se componen son de mediana construcción, contándose entre ellas la consistorial que sirve también de escuela, a esta que es de ambos sexos concurren 150 alumnos bajo la dirección de un maestro dotado de 1.500 rs.; en el centro de la población hay una fuente abundante con dos caños y un hermoso y grande pilón de piedra muy fina, en el que pueden beber a un tiempo 30 caballerías; la iglesia parroquial (San Miguel Arcángel) es de term. y la sirve un capellán de sangre, consta de tres naves con un gran crucero, presbiterio, órgano, coro, 9 retablos, bóvedas y media naranja de ladrillo con sus canceles, primorosas puertas y mediana portada, todo de moderna construcción; en la jurisd. de esta villa existen también 3 ermitas San Isidro, Santa Barbara y Nuestra Señora de Nava, de las cuales la primera se halla casi arruinada, á diferencia de la última que es famosa y de fabricación moderna, teniendo crucero, espadañas, coro, sacristía, bóvedas de ladrillo y 3 retablos; la otra manifiesta ser muy antigua. Confine el TERM. N. Fresnillo de las Dueñas; E. Santa Cruz de la Salceda; S. Milagros, y O. Fuentespina. El TERRENO participa de monte y llano, bañándolo el arroyo llamado de Nava, que nace en Castillejo y pasa a un tiro de bala de la v. que se describe; hay dos montes poblados de encinas, enebros, álamos negros y blancos y varias canteras de piedra blanca y rubia no muy fuerte. CAMINOS: existen algunos de ruedas que atraviesan el término sin entrar en la población., dirigiendo a diferentes pueblos limítrofes: PROD: granos, patatas, vino, cáñamos, pastos y ganado. IND.; la agricultura y 4 tiendas. POBL.: 214 vec. 857 almas. CAP. PROD: 1.977,610 RS. IMP.: 203,023. CONTR.: 23,968 rs. 15 mrs.

Fuente el Césped pasa a llamarse Fuentelcésped. Censo 1857


N. Lo escrito en cursiva es transcripción literal.