CRÓNICAS DE LA VILLA DE FUENTELCÉSPED

Creando futuro, recuperando el pasado

martes, 5 de mayo de 2015

La Plaza de España



La Plaza de España

El edificio civil más importante es sin duda la Casa de la Villa, que alberga el Ayuntamiento, edificio de dos plantas con balconada, sus orígenes datan de la segunda mitad del siglo XVII, la parte superior aloja la oficina del consistorio y el salón de plenos; en la baja unos soportales con columnas de piedra conforman cinco arcadas y el bar del pueblo, estrenado hace, relativamente, pocos años. Remata la fachada un reloj que marca la vida de la villa, en su frontón que sirve de cumbrera, aparece la fecha de la última restauración del edificio, nadie diría que hace mas de un siglo antes de construirse los otros edificios docentes sirvió también de escuela donde asistían 150 alumnos.

La Plaza de España en 1972 - Fotografía Hortensia Pascual.
Frente a esta construcción, casi en el centro de la plaza, un templete que entre el mes de mayo y la vendimia, cobija una antigua cruz de madera labrada, conocida como "el mayo". Consta documentalmente, que en ese mismo lugar talaron una centenaria olma ya que dificultaba los festejos taurinos que se celebraban en la plaza para las fiestas de San Miguel, existe documentación del año 1638 que el Concejo de la Villa adquirió tres novillos para estas fiestas, luego de antiguo le viene el arte taurino, ahora obsoleto, a la Villa; no debemos olvidar las no muy lejanas localidades de Cuellar y Peñafiel de donde se disputan celebrar los encierros más antiguos de España. Pero esta olma para unos, según documentos era un centenario moral, que a su sombra se hubieran celebrado innumerables juntas concejiles; es sabido que en 1641 el Ayuntamiento encargó a un maestro de obra la construcción de ocho gradas perimetrales de piedra y proteger el árbol, favoreciendo la presencia de vecinos bajo su sombra. Sin ningún lugar a dudas la tala del árbol obedeció a la creencia de actitudes paganas, al igual que pasó en innumerables sitios cristianizados, al ser el árbol considerado símbolo pagano se consideraban ritos cualquier reunión mantenida bajo el mismo, y claro está, el poder eclesial de entonces no debía ni podía consentir nada de ritos paganos, máxime como otros al no poder cristianizarlos. De todos modos argumentos más o menos convincentes no faltaron en su momento, el más esgrimido fue acerca del peligro que corrían los niños que se subían a él para comerse los dulces frutos.

Las gradas se desmontaron con posterioridad y sirvieron de columnas para la construcción de los soportales del Ayuntamiento, que son las que en la actualidad se conservan.

El Mayo, en el centro de la plaza (Fotografía Pedro J. Bartolomé)

Existen datos, de en torno a la primitiva construcción que precedió al actual templo parroquial, de que pudo tratarse de una iglesia románica, y por supuesto de menores dimensiones que la coexistente; por algún resto de piedras entre ellas un capitel de una columna (que utilizan para sujetar el "ramo" de rosquillas, que se elabora en las principales fiestas de la localidad siento bendecido y gozando casi de veneración); es de suponer sin ningún lugar a dudas que su traza sería muy similar a la de El Casuar, al menos por la contemporaneidad, puesto que el asentamiento fuentelcespense se le supone anterior, por lógica, al faltarnos datos documentales. Este primitivo templo poseería un atrio orientado a mediodía que protegería de las inclemencias de los fenómenos meteorológicos a los que allí se albergaban, bien fieles a la entrada y salida de los oficios, miembros concejiles en sus asambleas, y pueblo en general como era de menester. Por eso al desaparecer el atrio porticado, no cabe la menor duda de afirmar que fuera bajo el citado árbol el lugar idóneo para la celebración de los consejos de la villa.

La Plaza de España, año de 1.940.  Fotografía Hortensia Pascual.

 Al desmontar las gradas, sus sillares se utilizaron para construir las columnas de las arcadas de la Casa de la Villa. Sin embargo  después siguió dificultando dicho templete, quizás más que el moral, la suerte de la lidia taurina, pero siempre es esta comarca prima mas el carácter religioso que cualquier otro por muy natural que sea; por otra parte hace mucho tiempo que Fuentelcésped no presencia eventos taurinos, ni en la plaza ni en otro lugar de la villa, y eso que tuvo grandes aficionados al arte, fiestas en cosos improvisados, con carros y talanqueras, que al igual que en infinitas localidades de nuestra geografía, primero serían los paisanos quienes dando toda su voluntad tenían la valentía de enfrentarse al astado; después serían cuadrillas con novillero o matador de poco renombre, que se cebaban en la res poniendo más banderillas sobre el lomo que velas en un pastel de cumpleaños de un jubilado; allí toreaban todos, desde el "maestro" a los subalternos los cuales daban mas pases que capotazos. Muchas veces la hora de la verdad tras innumerables intentos tenía que rematarla la pareja de la Guardia Civil, ante la ineptitud del torero o sobresaliente; tras el reglamento taurino quedó tan olvidado aquello como los acontecimientos de tauromaquia en esta y otras localidades.

Imagen de http://www.poemas.de/a-un-olmo-seco/ 

Más es triste ver la eterna amenaza a los nobles vegetales que alcanzan la dignidad de árbol, que bien por fobia a los mismos, enfermedades como la grafiosis no dejó un olmo vivo, y sobre todo el hombre, declarado el primer enemigo del árbol, como deforestan nuestros montes y localidades, un irremediable mal que tarde o temprano todos pagaremos.

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