Los últimos incendios acaecidos
Era el 13 de Marzo del 2013, a pocos días de la llegada de la
primavera, en una vivienda próxima a la Calle Arias de Miranda, a escasos
treinta metros de la Plaza de España.se declaró un incendio del que
afortunadamente no hubo que lamentar víctimas.
El Diario de Burgos del día siguiente nos lo narraba con todo
lujo de detalles:
En una gélida y
desapacible tarde como la de ayer, donde el fuerte viento y las bajas
temperaturas, aderezadas por rachas intermitentes de nieve, invitaban a
quedarse en casa al calor de la lumbre, una anciana de Fuentelcésped estaba
plácidamente en su casa, cercana a la Plaza Mayor de la localidad, cuando unos
vecinos que pasaban por las inmediaciones de la vivienda se percataron de que, del
tejado del inmueble, salían llamas. Su primera reacción fue avisar a la señora,
que salió inmediatamente de su casa refugiándose en la de los vecinos de
enfrente.
Los que detectaron el
incendio tardaron escasos minutos en avisar a los familiares de la dueña de la
vivienda, su hija y su yerno, miembro de la corporación municipal de la
localidad, que se desplazaron sin perder un segundo hasta allí, ya que ella se
encontraba en Vadocondes y él en Aranda trabajando. De manera simultánea, se
daba aviso al servicio de emergencias 112, quien derivaba la alerta al Parque
de Bomberos de Aranda y a la Guardia Civil.
Mientras se estaba a la
espera de que llegasen los efectivos de la Benemérita y del cuerpo de extinción
de incendios arandino, los vecinos echaron mano de lo que tenían cerca,
cogiendo algunas mangueras y sacaron tres bombonas de butano que la mujer tenía
almacenadas en la parte baja de la vivienda, que no se vio afectada por el
incendio, al igual que la segunda planta.
La pronta intervención de
los bomberos impidió que las fuertes rachas de viento extendiesen el fuego por
la vivienda y por las edificaciones aledañas. Las llamas se quedaron reducidas
a la parte superior del inmueble, que se utilizaba a modo de desván de la casa,
donde estaban acumuladas cajas y muebles con enseres de esos que ya no se
utilizaban en la casa, muchos de ellos cargados de recuerdos. Por ejemplo, los
libros de la universidad de uno de los hijos de la señora fueron los primeros
que los bomberos tiraron a la calle, un poco chamuscados, para evitar que los
posibles rescoldos del fuego pudiesen cebarse con ellos.
Mientras los efectivos del
servicio de extinción de incendios de Aranda se afanaban por sofocar las llamas
y el humo, ayudados por el yerno, y eliminaban las tejas que aún quedaban en
pie para evitar que cayesen a la calle, la anciana observaba la escena y se
preguntaba en voz alta que porqué no podía entrar en su casa para ver cómo
había quedado todo, a lo que su hija le decía que tendría que esperar a que
acabasen el trabajo para poder comprobar los daños en persona. Afortunadamente,
las llamas no afectaron a la mayoría de la casa, por lo que el arreglo de la
misma se limitará a la limpieza interior, ventilación de la vivienda para
eliminar el olor y, por supuesto, reponer el tejado.
Imagen aparecida en el Diario de Burgos |
Poco tiempo después, tras retirar una cubierta provisional de
lona, se procedió a la reparación de las partes afectadas por el siniestro reparándose
el tejado en su totalidad. Aunque parece todo acabado, todavía perdura el mal
recuerdo de la propietaria y su familia.
Curiosamente, algunos años antes y cien metros más arriba de
esta misma calle por causas similares, tal y como le indicaron sus propietarios, Jesús y Teresa, a
este cronista, hubo que lamentar otro incendio, que igualmente destruyó el desván
y la cubierta de la vivienda.
Como este cronista no acepta las casualidades, navega siempre
por el lado de las causalidades; culpando del tema al escaso mantenimiento que
se aporta a los huecos de las chimeneas, que con el desgaste y las elevadas
temperaturas que soportan se daña el mencionado hueco poniéndolo prácticamente
en contacto con las vigas de madera; así los consabidos incendios acaecidos.
Es de rogar, tanto a esta Junta Municipal o la que pueda
salir elegida dentro de unos días, elabore un plan municipal de prevención de
incendios por dichas causas, paralelo a una campaña de concienciación ciudadana, y que se aporte una necesaria partida suficiente para instalar hidrantes por doquier, sobre todo
cerca de viviendas cuya estructura interna está basada en la madera, poniendo a
disposición del vecindario los medios suficientes en el probable caso que se
produzca un incendio.
Estamos todos tan familiarizados con nuestras lumbres y
hogueras que hemos perdido el miedo al fuego.
Este cronista, desgraciadamente, ha presenciado infinidad de trágicos incendios en el monte y no llega a entender (dicho esto con el respeto debido) la alegría de muchos paisanos al encender hogueras tanto en las calles de la población como en el campo. Recordemos que el calamitoso incendio de Guadalajara, comenzó en una barbacóa totalmente aislada... así que nos sirva de ejemplo.
Aquel incendio en la provincia de Guadalajara, fue algo realmente imperdonable, que todo quede en la conciencia de cada uno.
Sigo como siempre criticando costumbres heredadas de practicar hogueras en el campo; siempre se afirma que nunca ha pasado nada... eso claro está, hasta que ocurre.
Lamentablemente le hemos perdido el miedo al fuego, la mayoría por que afortunadamente jamás se vió en un incendio, habrá que replantearse que predomine el sentido común y la prudencia ante este tipo de hogueras.
Este cronista, desgraciadamente, ha presenciado infinidad de trágicos incendios en el monte y no llega a entender (dicho esto con el respeto debido) la alegría de muchos paisanos al encender hogueras tanto en las calles de la población como en el campo. Recordemos que el calamitoso incendio de Guadalajara, comenzó en una barbacóa totalmente aislada... así que nos sirva de ejemplo.
Aquel incendio en la provincia de Guadalajara, fue algo realmente imperdonable, que todo quede en la conciencia de cada uno.
Sigo como siempre criticando costumbres heredadas de practicar hogueras en el campo; siempre se afirma que nunca ha pasado nada... eso claro está, hasta que ocurre.
Lamentablemente le hemos perdido el miedo al fuego, la mayoría por que afortunadamente jamás se vió en un incendio, habrá que replantearse que predomine el sentido común y la prudencia ante este tipo de hogueras.
Nunca es tarde si la dicha es buena.
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