CRÓNICAS DE LA VILLA DE FUENTELCÉSPED

Creando futuro, recuperando el pasado

viernes, 22 de mayo de 2015

Tejando a la segoviana

Tejando a la segoviana

Uno de los legados de la “Herencia segoviana” en nuestra villa, es sin lugar a dudas la estética de muchos de los tejados que superviven al paso del tiempo propios de una provincia, la provincia a la que muchos siglos perteneció (Hasta 1.833) Fuentelcésped, nos estamos refiriendo, como en otras ocasiones, a Segovia.

Para definirlo, en primer lugar, hay que notar la diferencia existente entre un tejado con teja romana tradicional (erróneamente denominada árabe), es decir a “canal y cobija” y el tejado a la segoviana, es decir solamente a “canal”.
Tejado a la segoviana, con teja simple, es decir "a canal"

Y válgame hacer un inciso para puntualizar entre árabe y romana, puesto que la tradición de haber llegado hasta nuestros días el nombre de árabe, podría corresponder a la cantidad de tejados que en aquella época que precedió a la Reconquista, fuera el material predominante y más abundante, hasta que se demostró en excavaciones arqueológicas romanas la existencia bastantes siglos antes de dicha teja que sobre todo en la Península utilizarían los romanos sobre sus edificios, además de hacerlo en canal y cobija. V.gr. Yacimiento arqueológico de Carranque (Toledo), entre otros. Igualmente viene a cuento en este momento, la utilización de ladrillo que como puede ser comprobado en la antigua Roma, cuyos restos pueden ser contemplados, predominaba el ladrillo cocido pegado con argamasa ante la piedra, muchas veces tanto lienzos o columnas construidas con ladrillo, eran cubiertas con estuco y polvo de mármol para dar signo de opulencia a favor de este último material. Por lo tanto también en el ladrillo se “anotan los tantos” los romanos con anterioridad a los árabes, y también en la Península.

Así que entrando en materia, y habiendo dejando lo suficientemente claro el origen romano de la teja, es tratar de investigar las causas de tejar en simple o canal, en detrimento de la doble (canal y cobija). Ante numerosos testimonios, existen sus defensores y detractores, curiosamente siempre en las mismas afirmaciones.

Tejado en canal (a la segoviana) de la sacristia, Iglesia de San Miguel (Fuentelcésped) 

Consultados algunos de nuestros mayores nos esgrimen de varias razones para hacer así los tejados y, de entre ellas, la más extendida es la del viento, el cual provoca que cada invierno se vuelen de los tejados algunas tejas y se descoloquen muchas otras, casi todas ellas precisamente las cobijas, obligando a un perenne mantenimiento del tejado que incluye cierta reposición de tejas. Esta argumentación a pesar que parece muy razonable, del mismo modo cae por su propio peso, pues aparte del viento, los mismos gatos, y la dilatación por los hielos hacen mucho más permeable un tejado simple que uno doble. Unido a el barro, que es el material que unía la teja, propiamente dicha, con el tablero sobre vigas o machones, que conformaba la techumbre inferior. Y como es sabido el barro no es tan consistente y duradero como sería de desear, comparado con otros materiales.

Solo en la actualidad el modo de formación del tejado a la segoviana, con el fin de mantener algo tradicional, y por supuesto con más garantías de seguridad e impermeabilidad,  se realiza del siguiente modo:

Sobre el tablero, en este caso de rasillón, se echa una capa de compresión, sobre esta poliuretano expandido proyectado u “onduline bajo teja”, sobre esta una nueva capa de compresión y posteriormente se reciben las tejas, lo más juntas posibles. Este nuevo método llega a ser más convincente.

Otro argumento que los defensores argumentan es el excesivo peso para los machones que soportaría el doble de tejas y que amenazarían con hundir la techumbre… Argumento que cae por su propio peso, puesto que si en el resto de la península se construía con dobles tejas (o canal y cobija) utilizando vigas y machones de pino, y chopo en algunos casos; con mayor seguridad aguantarían en la provincia de Segovia cuando mayoritariamente se utilizan recios postes de sabina (erróneamente llamados enebro en la zona) cuya resistencia está demostrada sobradamente.

Aparte de algunas pocas viviendas en nuestra localidad, los ejemplos más claros de este tipo de cubierta los tenemos, en la Casa Consistorial, Lavaderos (Las pozas) y por supuesto la Iglesia parroquial de San Miguel Arcangel.

Nos cuentan que antiguamente se instalaban así las tejas únicamente en naves de uso agrícola y ganadero, por lo que igualmente pesaba más el coste de la obra que obtener una eficacia total. En este caso, además. Posteriormente este sistema se introduciría en la edificación residencial en casos de necesidad económica.


Por tanto no nos queda otra que irnos al tema económico, así de sencillo, pues lógicamente el costo asciende a la mitad, y aunque este mal mencionarlo, la zona tradicionalmente ha sido y es bastante proclive socialmente a eso que llaman “economías”, aunque me vea incluido tácitamente en dicho colectivo. 

viernes, 8 de mayo de 2015

Los últimos incendios acaecidos

Los últimos incendios acaecidos

Era el 13 de Marzo del 2013, a pocos días de la llegada de la primavera, en una vivienda próxima a la Calle Arias de Miranda, a escasos treinta metros de la Plaza de España.se declaró un incendio del que afortunadamente no hubo que lamentar víctimas.

El Diario de Burgos del día siguiente nos lo narraba con todo lujo de detalles:

En una gélida y desapacible tarde como la de ayer, donde el fuerte viento y las bajas temperaturas, aderezadas por rachas intermitentes de nieve, invitaban a quedarse en casa al calor de la lumbre, una anciana de Fuentelcésped estaba plácidamente en su casa, cercana a la Plaza Mayor de la localidad, cuando unos vecinos que pasaban por las inmediaciones de la vivienda se percataron de que, del tejado del inmueble, salían llamas. Su primera reacción fue avisar a la señora, que salió inmediatamente de su casa refugiándose en la de los vecinos de enfrente.
Los que detectaron el incendio tardaron escasos minutos en avisar a los familiares de la dueña de la vivienda, su hija y su yerno, miembro de la corporación municipal de la localidad, que se desplazaron sin perder un segundo hasta allí, ya que ella se encontraba en Vadocondes y él en Aranda trabajando. De manera simultánea, se daba aviso al servicio de emergencias 112, quien derivaba la alerta al Parque de Bomberos de Aranda y a la Guardia Civil.
Mientras se estaba a la espera de que llegasen los efectivos de la Benemérita y del cuerpo de extinción de incendios arandino, los vecinos echaron mano de lo que tenían cerca, cogiendo algunas mangueras y sacaron tres bombonas de butano que la mujer tenía almacenadas en la parte baja de la vivienda, que no se vio afectada por el incendio, al igual que la segunda planta.
La pronta intervención de los bomberos impidió que las fuertes rachas de viento extendiesen el fuego por la vivienda y por las edificaciones aledañas. Las llamas se quedaron reducidas a la parte superior del inmueble, que se utilizaba a modo de desván de la casa, donde estaban acumuladas cajas y muebles con enseres de esos que ya no se utilizaban en la casa, muchos de ellos cargados de recuerdos. Por ejemplo, los libros de la universidad de uno de los hijos de la señora fueron los primeros que los bomberos tiraron a la calle, un poco chamuscados, para evitar que los posibles rescoldos del fuego pudiesen cebarse con ellos.
Mientras los efectivos del servicio de extinción de incendios de Aranda se afanaban por sofocar las llamas y el humo, ayudados por el yerno, y eliminaban las tejas que aún quedaban en pie para evitar que cayesen a la calle, la anciana observaba la escena y se preguntaba en voz alta que porqué no podía entrar en su casa para ver cómo había quedado todo, a lo que su hija le decía que tendría que esperar a que acabasen el trabajo para poder comprobar los daños en persona. Afortunadamente, las llamas no afectaron a la mayoría de la casa, por lo que el arreglo de la misma se limitará a la limpieza interior, ventilación de la vivienda para eliminar el olor y, por supuesto, reponer el tejado.

Imagen aparecida en el Diario de Burgos
Poco tiempo después, tras retirar una cubierta provisional de lona, se procedió a la reparación de las partes afectadas por el siniestro reparándose el tejado en su totalidad. Aunque parece todo acabado, todavía perdura el mal recuerdo de la propietaria y su familia.

Curiosamente, algunos años antes y cien metros más arriba de esta misma calle por causas similares, tal y como le indicaron sus propietarios, Jesús y Teresa, a este cronista, hubo que lamentar otro incendio, que igualmente destruyó el desván y la cubierta de la vivienda.

Como este cronista no acepta las casualidades, navega siempre por el lado de las causalidades; culpando del tema al escaso mantenimiento que se aporta a los huecos de las chimeneas, que con el desgaste y las elevadas temperaturas que soportan se daña el mencionado hueco poniéndolo prácticamente en contacto con las vigas de madera; así los consabidos incendios acaecidos.

Es de rogar, tanto a esta Junta Municipal o la que pueda salir elegida dentro de unos días, elabore un plan municipal de prevención de incendios por dichas causas, paralelo a una campaña de concienciación ciudadana, y que se aporte una necesaria partida suficiente para instalar hidrantes por doquier, sobre todo cerca de viviendas cuya estructura interna está basada en la madera, poniendo a disposición del vecindario los medios suficientes en el probable caso que se produzca un incendio.

Estamos todos tan familiarizados con nuestras lumbres y hogueras que hemos perdido el miedo al fuego. 

Este cronista, desgraciadamente, ha presenciado infinidad de trágicos incendios en el monte y no llega a entender (dicho esto con el respeto debido) la alegría de muchos paisanos al encender hogueras tanto en las calles de la población como en el campo. Recordemos que el calamitoso incendio de Guadalajara, comenzó en una barbacóa totalmente aislada... así que nos sirva de ejemplo. 

Aquel incendio en la provincia de Guadalajara, fue algo realmente imperdonable, que todo quede en la conciencia de cada uno.

Sigo como siempre criticando costumbres heredadas de practicar hogueras en el campo; siempre se afirma que nunca ha pasado nada... eso claro está, hasta que ocurre.

Lamentablemente le hemos perdido el miedo al fuego, la mayoría por que afortunadamente jamás se vió en un incendio, habrá que replantearse que predomine el sentido común y la prudencia ante este tipo de hogueras.

Nunca es tarde si la dicha es buena.


jueves, 7 de mayo de 2015

Conociendo Fuentelcésped, conociendo Castilla y su lábaro


Fuentelcésped y el Lábaro de Castilla

Fuentelcésped conoce y reconoce de antiguo sus orígenes castellanos, primero segovianos y burgaleses después, pero siempre dentro de ese antiguo reino que fue Castilla, y que desde sus orígenes le representó hasta nuestros días el lábaro o pendón rojo carmesí; aunque existen facciones mal informadas que promulgan lo contrario cambiando arbitrariamente el color. Una desinformación tanto tendenciosa que, aunque no puede convencer a los ilustrados, convence a quienes se dejan manejar cambiando la historia.

Pero comencemos por el principio y  remontémonos a los anales históricos, de lo que ahora es una parte de Comunidad Autonómica española, que años atrás conocíamos como Castilla la Vieja, de la que por supuesto formó parte nuestra villa.
Imágen Jesús García y Jiménez 2010

Según la enciclopedia: Castilla (nombrada en los primeros documentos en castellano antiguo como Castella o Castiella) significa etimológicamente «tierra de castillos», en alusión a las fortificaciones levantadas durante la Reconquista. Los historiadores árabes la denominaban Qashtāla قشتالة y su nombre aparece justificado como tierra sembrada de castillos. El término vendría del latín castellum, diminutivo éste a su vez del término castrum, castro, fortificación de la Iberia prerromana.

 Se considera que el nombre de Castilla nació testimonialmente el 15 de septiembre del 800 en el hoy desaparecido monasterio de Emeterio de Taranco de Mena situado en esta localidad. El nombre de Castilla aparece en un documento notarial por el que el abad Vitulo donaba unos terrenos, incluido en el Becerro Galicano del monasterio de san Millán de la Cogolla y dice así:

 Ego Vitulus abba, quamuis indignus omnium seruorum dei seruus, una cum cogermano meo Erbigio presbytero, cum domnos et patronos meos sanctos Emeteri et Celedoni, cuius basilica extirpe manibus nostris construximus ego Vitulus abba et frater meus Erbigius in loco qui dicitur Taranco in territorio mainense, et sancti Martini, quem sub subbicionem Mene manibus nostris fundauimus ipsam basilicam in ciuitate de area patriniani IN TERRITORIO CASTELLE et sancti Stefani, cuius basilicam manibus nostris fundauimus in loco qui dicitur Burcenia in territorio Mainense ...

En el mismo libro aparece otro documento fundacional fechado el 4 de julio de 852, por el que se dispone la construcción del cenobio de san Martín de Herrán:
 Facta scriptura sub era octogessima nonagessima, tertia feria, quarto nonas iulias, regnante Rodericus comite in CASTELLA.

La Castilla a la que se alude en estas fuentes se refiere al territorio que se extiende desde la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica hasta las localidades de Mena, Losa, Sotoscueva, Brañosera, Aguilar de Campoo, Tedeja, Puentelarrá y Valpuesta. Posteriormente, bajo la misma denominación se incluirá a toda la Bardulia altomedieval, como se refleja en la Historia Silense o en la Crónica de Alfonso III:
 ... Bardulies qui nunc uocitatur Castella ...


Bardulia, a la que ahora llamaremos Castilla El territorio donde nació la primigenia Castilla (norte de la provincia de Burgos y parte de las adyacentes de Palencia, Álava y Cantabria) era denominada Bardulia. A partir del siglo IX será cuando se empieza a extender el uso del término "Castilla.

Errores modernos aparecen sobre su enseña original conocida como Pendón de Castilla; representado por un castillo sobre fondo rojo carmesí y NUNCA morado. Mucho menos oír decir que las hordas reaccionarias castellanas conocidas como Los Comuneros rebeladas contra el poder legítimo de su Emperador y Rey lo utilizaban de ese color, inclusivo grupos actuales así lo reivindican autoproclamándose facción de “izquierda”.


Ajusticiamiento de los nobles (Padilla, Bravo y Maldonado) comuneros en Villalar el día 24 de abril de 1.521
Cuadro de Antonio Gisbert 1880, en el edificio de la Diputación de Toledo
Más como no vamos a cambiar la historia ni querer por tanto otorgar a los nostálgicos feudales Juan Bravo, Francisco de Padilla y Maldonado la dignidad de “rojos” revolucionarios sino por el contrario estarían más encasillados en la actualidad dentro de lo que es conocido como una “derecha” nacionalista puesto a realizar estereotipos. No olvidemos que estos tres líderes comuneros eran nobles, y no villanos, y tenían más que perder ellos ante Carlos I que las mesnadas de siervos que les seguían.

Pero el estudio más cabal sobre el cacareado tema de la enseña castellana, lo tenemos más reciente en un estudio aparecido en un diario de la localidad vallisoletana de Mayorga, dato con el que coinciden los historiadores, donde documentalmente  está constatado que muchos son los Pendones de Castilla que se conservan, como en la iglesia de San Martín de la ciudad de Segovia, el de la villa de Sepúlveda, en el salón de Sesiones del Ayuntamiento, rodeado de pergaminos medievales con el sello encarnado, el guión enarbolado por Isabel I de Castilla en la toma de Granada y que se custodia en la Real Capilla de la catedral granadina, y así un sinfín de pruebas que podemos encontrar en toda la geografía española.
Colegiata de Covarrubias (Burgos) Pendón de Castilla sobre la tumba
de Fernán González, primer conde independiente de Castilla
En la iglesia parroquial y antigua colegiata de Covarrubias (Burgos) donde fueron trasladados los restos de Fernán González  -Primer conde independiente de Castilla- desde el Monasterio de San Pedro de Arlanza tras la desamortización decimonónica del ministro Mendizábal, su féretro está cubierto con el pendón rojo carmesí, para más datos.

Quizá los ejemplos más representativos por su proximidad a nuestra comarca y por los estudios en ellos realizados sean el pendón, rojo naturalmente, de las Navas de Tolosa, que se guarda en el Monasterio de las Huelgas (Burgos) y los dos viejos pendones de Castilla que en julio de 1977, han sido bajados de la parte alta de la iglesia colegiata de Medina del Campo, donde aparecían colgados desde hacía varios siglos. Fueron bajados para su estudio por una comisión investigadora designada por el Ayuntamiento de Valladolid integrada por Don Amando Represa, director del Archivo Histórico Nacional de Simancas y Don Juan José Martín González, catedrático de Historia del Arte. Después de su examen, el, doctor Represa hizo constar textualmente que "es indiscutible que la bandera de Castilla es de color rojo carmesí".
Ménsula en el Monasterio de San Pedro de Arlanza, altar mayor de la historia condal castellana.

Si buscamos en la literatura también encontraremos numerosas referencias al Pendón castellano.
"...Aquel Fernando venturoso espera que corone el alcázar de Sevilla de las rojas banderas de Castilla."
Así canta Lope de Vega en el libro XV, 22-24 de la Jerusalén Conquistada.

En el Libro de Actas del Ayuntamiento de Valladolid se encuentra reiteradamente una descripción de que el pendón de Castilla "era grande y algo pesado, de tres varas y media de ancho y largo, de damasco carmesí, con las armas de Castilla por ambas partes pintadas en el dicho pendón".

Inclusive es sabido que los Comuneros al utilizar su “bandera de guerra”, se diferenciaba esta notablemente ante la de las huestes imperiales, al utilizarse el pendón rojo carmesí.

Ante esta retahíla de evidencias de que el verdadero color del pendón de Castilla es el carmesí, cabe preguntarse el por qué del confusionismo con el color morado, unas veces por ignorancia y otras por querer falsear la realidad. Aunque esto exige una explicación:
Felipe IV, el 10 de Septiembre de 1.634 creó el "tercio de los morados", una guardia real en cuyo uniforme destacaba el color morado. A esta guardia en el siglo XVIII se le denominó regimiento de Castilla. En 1.824, al restablecerse el régimen absolutista fue disuelto como las demás tropas constitucionales por la represión de Fernando VII y su bandera depositada en, la Iglesia Mayor de Reus. De allí pasó en el mismo año a la Basílica de Atocha y en 1.849 a la Real Armería; pero esta bandera- pendón de los Morados nada tiene que ver con el pendón de Castilla sino que fue simplemente el de la enseña personal del Conde-Duque de Olivares, fundador del "tercio de los Morados".


El tránsito al morado oscuro como símbolo de expresión de la democracia castellana se opera por la conjunción de dos factores: De una parte los Borbones españoles consagraron con valor oficial para la Casa Real el color morado en lugar del púrpura que antes había sido el oficial de la realeza. El artículo 15 de la Instrucción sobre insignias, banderas, honores y saludos, aprobada por, real decreto de 13 de Marzo de 1.867, determina que el estandarte real sea una bandera cuadrada de color morado, que se izaba en los edificios y buques en que, se encontraba el Rey. El color del llamado pendón de Castilla no es, ni nunca fue morado. Todo arranca en el siglo XIX, cuando algunas sociedades y partidos, ni cortos ni perezosos recurren al color morado que utilizaba alguna unidad militar, que de Castilla solo tenía el nombre, atribuyendo este color a nuestra tierra castellana y al de los comuneros. Con esta falacia cromática cometieron uno de los mayores errores de la historia de la vexilología española, induciendo a su mal uso incluso a las instituciones, condicionando el futuro y divulgando lo que nunca fue. Tanto es así que hasta muchos castellanos aún hoy, se lo creen, posiblemente malinterpretando a  la sociedad secreta de "Los Comuneros" formada en 1.821, que por cierto nada tuvo que ver con los Comuneros; esa  secta desgajada de la masonería española, se hacían llamar sus miembros "caballeros de Padilla" y editaban un periódico, "El eco de Padilla", usan en sus ritos escudos de hojalata y se organizan en torres, castillos, fortalezas y casas fuertes. Su simbología según refiere Cesáreo Fernández Duro en sus "Disquisiciones náuticas" (1.877-81) refiere que en su estatuto prescribieron que el estandarte de la sociedad (que llamaban "estandarte de Padilla") sería el morado con un castillo blanco en el centro, y por distintivo individual una banda morada. Pero como se comenta hablamos de 1.821 y no de  1.520, tres siglos ni más ni menos como para caer en el desafortunado error.

Los comuneros que representaron a las ciudades castellanas, usaron sus estandartes de color rojo carmesí, como hoy algunas ciudades lo continúan usando. Fue ese color y no otro, el que llevaron los comuneros en Villalar. En esta batalla no se vieron banderas moradas por ningún lugar, ya que no existía en Castilla dicho color para representar ni al territorio, ni a sus ciudades. si somos observadores, solo debemos fijarnos en el color del campo (fondo) del cuartel de Castilla en el escudo nacional de España. Como salta a la vista es rojo. Como el campo del escudo de León es blanco, el de Navarra rojo y el de Aragón amarillo. Sus banderas históricas por tanto, responden a estos colores. ¿Dónde está el morado?

Una vez que las naciones fijaron sus banderas, dejaron de ser símbolos dinásticos o militares para solo representar a la nación, es decir al conjunto de sus ciudadanos y sus territorios. Esto ocurre en casi todo el mundo, salvo en algunos países en los que sus dirigentes, hicieron de los símbolos de sus partidos, los de la nación. Una vez desaparecidos estos regímenes, volvieron a sus símbolos tradicionales y permanentes.

Por otra parte está demostrado que algunos colorantes rojos que servían como tinte para fijar el color de las enseñas, con la intemperie se decoloraban a un tono más claro, sin llegar a tornarse en morado, por lo tanto esa remota posibilidad no existe para justificar el citado color morado.

Por todo lo expuesto y de acuerdo con la tradición histórica hay que concluir que EL GENUINO PENDON DE CASTILLA ES EL ROJO CARMESI.


Imagen Jesús García y Jiménez

El grave error sobre la presunta influencia del morado en la bandera adoptada por la II República

Solamente en los bulos que se han hecho correr, ignorando su verdadero origen. Esta bandera tricolor (cuyo color morado se sitúa en la banda inferior) nunca tuvo nada que ver con Castilla, aunque ruidosas voces, se empeñen en lo contrario. Este error cromático para representar a Castilla, se repitió en la bandera adoptada por la II República, cambiando el rojo (verdadero de Castilla) por el morado en una de sus franjas. Paradójicamente convirtieron la bandera del partido republicano, en más monárquica, ya que el morado era el color del rey Alfonso XIII y sus antecesores desde 1833. Sus orígenes se remontan al rey Fernando el Católico cuya guardia personal usó este color (“el color viejo de Aragón”) desde 1504 y continuó en los diferentes regimientos que sucedieron a esta vieja unidad del siglo XVI.

La enseña de la II República española, tuvo un origen bastante anterior a la proclamación de la misma, que como recordamos fue el 14 de Abril de 1931. Nos iremos 4 meses antes a la Sublevación de Jaca, suceso acaecido el día 12 de Diciembre de 1930. La Sublevación de Jaca fue un pronunciamiento militar contra la Monarquía de Alfonso XIII durante la "Dictablanda" del general Berenguer. Aunque fue sofocada y fueron fusilados los capitanes Fermín Galán Rodríguez y Ángel García Hernández sus efectos se dejaron sentir en la proclamación de la Segunda República Española cuatro meses después.

Se inicia con la proclamación de la República desde los balcones del ayuntamiento de Jaca con el nombramiento de la primera alcaldía republicana como símbolo de su carácter estrictamente civil. Al mismo tiempo se organizan dos columnas dirigidas por el capitán Galán y Sediles que parten hacia Huesca.

El 14 de diciembre, un Consejo de Guerra condena a morir fusilados a los capitanes Galán y García Hernández. En marzo serían juzgados y condenados un número significativo de militares por los hechos. El capitán Sediles, condenado a muerte, fue indultado ante las movilizaciones populares. Poco después, tras las elecciones del 12 de abril, la monarquía se exilia y se proclama la República y se les reconocerá como "mártires" por la República.

Pero regresemos al controvertido tema de la bandera: Días antes del levantamiento, el Capitán Fermín Galán Rodriguez, perteneciente al partido socialista y miembro de la logia masónica, para más datos, encarga al conocido Julián Borderas Pallaruelo, “El Sastre”, dos banderas de combate para levantarse contra Alfonso XIII. El tiempo apremia y “El Sastre” tiene que diseñar las enseñas encargadas sin pérdida de tiempo; este se inspira en el color que portaban los ediles de Madrid en sus fajines, confeccionando dos banderas, una de seda y otra de combate cumpliendo el encargo de Galán dando así origen a la bandera tricolor. Que tal y como comentamos con estos datos, el argumento del morado como color castellano cae por su propio peso, máxime con el testimonio de Julián Borderas antes de fallecer en Méjico el 28 de septiembre de 1980.

El desenlace de la sublevación ya le sabemos, pero esos cuatro meses que medraron entre la confección de la bandera y la proclamación de la República, no sirvió más (entre otras cosas) que el afianzamiento de la enseña como símbolo del nuevo tipo de estado español, posiblemente en recuerdo de aquellos “mártires” fusilados en la fracasada sublevación; por lo que en este caso Castilla tuvo tanto que ver como las demás regiones de España que apoyaron la caída monárquica en beneficio de la causa republicana.
Pero eso... Ya es otra historia.


miércoles, 6 de mayo de 2015

El templo parroquial de San Miguel


 El templo parroquial de San Miguel

E
s lamentable que la historia pretérita de nuestra villa se vea reflejada mayoritariamente en archivos extramuros de Fuentelcésped. Si bien el archivo municipal cuenta con interesantes documentos fidedignos para su estudio y divulgación, no es así el archivo parroquial que hace algunos años fue trasladado a Burgos; por tanto resulta harto difícil investigar dentro de la villa.

Sin embargo, los principales documentos a los que he tenido acceso, bien por transmisión oral, como es el caso de nuestro paisano desaparecido Antonio García Montes, o el también fallecido hace poco tiempo Ángel García Sanz, sobrino del anterior y que ejerció en la Universidad de Valladolid como catedrático de historia. Aunque los documentos más valiosos que se conservan en el ámbito popular pertenecen a don Manuel Rodriguez Rionegro, conocido como El cura Rionegro, que en el siglo XVIII nos legó los citados legajos y documentos que conforman una época importante de Fuentelcésped.

Un verdadero trabajo, y que he tenido la suerte de recuperar, lo constituye el realizado por Ángel García en el año 1988, mucho antes por supuesto que llevara a cabo ese gran libro histórico de nuestro pueblo colaborando con María José Zaparaín Yáñez, otra erudita vallisoletana muy motivada con nuestra villa.

Vista nocturna de la fachada meridional de la iglesia de San Miguel (Fuentelcésped) Foto: Jesús García y Jiménez
Historia de la construcción del templo parroquial
Ángel García Sanz

La Vieja Iglesia

Por un viejo documento que se conserva en el Archivo General de Simancas que hacia 1.505 los vecinos de la aldea de Fuentelcésped, aún dependiente del convento de la Vid, acostumbraban a celebrar sus concejos –esto es, reuniones a las que acudían todos los vecinos para tomar decisiones de interés general – en la iglesia del lugar.
Estas reuniones concejiles se realizaban no en el interior del templo, sino en el “portal” o atrio de la antigua iglesia. Es muy probable que la arquitectura del antiguo templo parroquial  -muy modesto, sin duda, habida cuenta de la escasa población con que entonces contaba la aldea – respondería al modelo de iglesia románica, similar a la de Casuar, la de Castillejo de Robledo, las de Maderuelo y Sepúlveda.Románica sin duda por la época anterior de su construcción y la prueba irrefutable de un capitel (románico) que se conserva en la actualidad y se utiliza como base de la cruz parroquial o del “ramo de rosquillas” entre la “traída y llevada” de la Virgen de Nava a la localidad
Capitel románico que se conserva de la antigua iglesia y se utiliza como base para la cruz parroquial.

En el atrio con arcos abiertos  adosados al lado meridional de la nave del templo –el lado más soleado – sería donde se reunían aquellos antepasados nuestros, como era costumbre generalizada en aquella época.



Detalle atrio románico (Sepúlveda). Foto: Jesús García y Jiménez
Pero aquella insignificante aldea pronto se convertiría en villa rica e independiente de la Vid. Su población creció gracias, sobre todo, a la extensión del viñedo, lo que atrajo a forasteros que acabaron haciéndose vecinos. Hay que tener en cuenta que en tan solo 50 años – entre 1.590 – 1.599 y 1.640 – 1649 – el número de los bautizados se dobló, lo que indica que también la población se multiplicó por dos.

En definitiva, a mediados del siglo XVII, aquel antiguo y modesto templo, construido en la época medieval era insuficiente para acoger al número creciente de fieles. Así se reconoce explícitamente en el concejo celebrado el 6 de febrero d 1648 en el que,

“Aviendose hecho rrelazión… (de la) gran necesidad que la villa tiene de iglesia por no poder estar en los oficios divinos con la dezencia y comodidad que piden por ser tan pequeña (la antigua iglesia) y la gente mucha…”
acordó el pueblo “alargar” el viejo templo.

En realidad lo que se hizo fue construir un templo enteramente nuevo, el actual, que se ajusta al modelo de iglesia de arquitectura barroca de acuerdo con los planos que trazó Francisco Alvarado, maestro de cantería.


La iglesia actual: 1.652 – 1.663, la ejecución de la obra fundamental

En efecto, en los 11 años que transcurren de 1.652 – 1.663 se construye la parte fundamental de la actual iglesia – la capilla mayor y el presbiterio, las tres naves, el coro y la torre -. El 25 de Abril de 1656 se había concluido la capilla mayor y en ese día se dijo en ella la primera misa. Hay que suponer que el nuevo templo se construye sobre el viejo, y que éste sólo se va desmontando conforme avanza la erección de aquel.

¿Cómo se financió la construcción de la nueva iglesia?

Aunque en la actualidad, y como la mayor parte de los templos, son inmatriculadas sus propiedades por las sedes, diocesis u obispados correspondientes a su demarcación, hay quien supone que la financiación procedía de las arcas del obispo de turno u otras jerarquías eclesiásticas; nada más lejos de la realidad: En este caso, y según  cuentan de modo tradicional, se financió con el sudor y el “doblar los riñones” los vecinos de Fuentelcésped que tan arduo trabajo llevaron a cabo para tener un digno templo parroquial, a pesar, como hemos dicho que la propiedad la ostente la citada jerarquía ecesial en lugar del pueblo, esta es la realidad a pesar de que muchos quisieran que fuera un patrimonio material propiedad del pueblo, como ocurre en muchos lugares.
Según datos fidedignos la parte más importante, aunque no cuantificable, fue costeada por los mismos vecinos, quienes individualmente o mediante adras, acarrearon los materiales, participaron directamente en las obras y pagaron frecuentes derramas – una cantara de mosto por carro de uva, por ejemplo-.

Otra parte fue aportada a costa de los partícipes en los diezmos de la villa. En efecto entre 1.652 y 1.662 se dedujo una cuarta parte del diezmo que correspondía a estos partícipes – algunos como el cura se resistió a ello – lo que produjo unos 40.000 reales que se aplicaron a la obra. El Lagar de “las cuartas partes” (se ubicaba en el camino de la ermita de la Virgen de Nava), hoy arruinado, es sin duda donde se echaba la uva que procedía de estos diezmos reservados para la construcción del templo.



Extasis de Santa Teresa - Detalle retablo iglesia parroquial de San Miguel
Fotografía. Jesús García y Jiménez
Igualmente parte de la financiación procedió en menos medida de las rentas que la misma iglesia parroquial tenía en sí, al ser propietaria entonces de algunas viñas, varios lagares y bodegas y, sobre todo, más de 20 censos a favor que le procuraban unos intereses anuales de casi 30.000 maravedís. Y por último, una partida que procedió de limosnas de las ofrendas del obispado segoviano y algunos particulares ricos, sin tener constancia cierta de algún otro medio. 


LA IGLESIA ACTUAL 1.664 – 1.800. Las obras adicionales.

Si bien entre 1.664 y 1.663 se construyó la parte esencial de la iglesia, las obras de perfeccionamiento y ampliación van a ser constantes hasta finales del siglo XVIII.

Mencionaré aquí sólo algunas de estas obras posteriores a 1.663:



-       1.674: Se emprende la conclusión del altar mayor, para lo que el concejo acuerda que los vecinos paguen una cantara de mosto por cada carro de uva que cojan.

-       1.681: Se construye un órgano antiguo, del que no queda resto alguno

-       1.691: Se hacen las entradas al cementerio y se colocan “las bolas de piedra”. En 1.746 se construyen las paredes del cementerio que ciñe la entrada principal de la iglesia.


-    1.717: De este año a 1.718, se construyen los retablos de San Sebastián y de Nuestra Señora de la Antigua.

-     1.726: Se embaldosa la iglesia. Se vuelve a embaldosar en 1.752. Se decide comprar el reloj de la torre que se coloca en 1.732

-  1.731: Se colocan las rejas de hierro a la entrada del cementerio para impedir que los animales puedan entrar en la iglesia.


-       1.741: El concejo acuerda que se finalice el remate de la portada. Hubo un derrumbamiento después, y en 1.750 se adjudican de nuevo las obras de toda la portada, que se construye con “piedra de Linares”. En ese año se inicia el retablo de la capilla del Descendimiento.


-       1.744: Se hacen los retablos de San Ramón y de Nuestra Señora de la Soledad.


-       1.753: Se construye el órgano actual según trazas de Manuel Pascual, que era arquitecto e hijo de la villa. Para construir el nuevo órgano se amplía el coro con el arco que está sobre la puerta norte de la iglesia.



-   1.761: Se colocan las vidrieras emplomadas de los rosetones (Oeste principalmente)

-       1.767: Se labran las gradas del altar mayor y se embaldosa la capilla mayor. También se enladrilla el coro.


-  1.788: Se ejecuta una importante y costosa obra de ampliación de la sacristía y el saneamiento del ábside – la cabecera de la iglesia – por causa de las permanentes humedades provenientes del cerro de Santa Barbara.

-       1.797: Se entarima la sacristía.

Detalle de la falsa cúpula bajo el cimborrio

Merece especial recuerdo, como el párroco incansable promotor de obras de perfeccionamiento del templo: D. Manuel Rodriguez Rionegro, que está enterrado en el presbiterio de la iglesia. Era don Manuel un cura verdaderamente ilustrado al que la Sociedad Económica de los Amigos del País de la Provincia de Segovia propuso como ejemplo de párroco no solo preocupado por la salud espiritual de sus fieles sino también por su bienestar material. Rigió la parroquia durante 42 años, entre 1.752 y 1.794 en que muere. Era natural de Ungilde, aldea próxima a Puebla de Sanabria (Zamora). Fue él quien mandó construir las cubas de piedra que aún pueden contemplarse en la “bodega del cura” a la que se accede por la antigua “del bodegón”, según me informa mi primo Antonio García Montes.

Detalle del órgano barroco parroquial
A manera de conclusión de esta pequeña historia de la iglesia, hay que resaltar que el actual templo, imponente si lo comparamos con los pueblos comarcanos, fue fruto del esfuerzo colectivo de los vecinos de la villa que durante generaciones colaboraron con entusiasmo y generosidad en su construcción. Hoy  es el más importante testimonio de la grandeza pretérita del pueblo y debe de servir de recuerdo permanente de lo que es posible hacer gracias a la unión y solidaridad de los hijos del pueblo en la actualidad.
Todos los datos que menciono aquí los he sacado de los Libros de acuerdos del Concejo, que se guardan en el Archivo Municipal, y los Libros de Fabrica de la Iglesia, que se conservan en el Archivo Parroquial   


En 1.741: El concejo acuerda que se finalice el remate de la portada. Hubo un derrumbamiento después, y en 1.750 se adjudican de nuevo las obras de toda la portada, que se construye con “piedra de Linares




Podemos indicar, según datos comparativos que nos han comunicado que solo existe en España un organo de similares características al de la iglesia parroquial de San Miguel, que se encuentra en un total estado de abandono y que tristemente no existe ninguna iniciativa ni publica ni privada de llevarlo a una necesaria rehabilitación y restauración. Dicha pieza similar, a la cual citamos, se encuentra en el Monasterio del Escorial. Este órgano barroco también si que se encuentra, como no podía ser menos en excelente estado de conservación.

Por otra parte  es de destacar, que el retablo principal de este templo, si no copia, es similar al de la iglesia segoviana de San Martin.

Dos datos significativos que imprimen un valor añadido al continente patrimonial de nuestro templo parroquial.

Texto y Fotografías: Jesús García y Jiménez (Cronista de la Villa de Fuentelcésped)