Un fuentelcespense
profeta en su tierra
E
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l declive de la
villa de Fuentelcésped, dicen comenzó allá por 1910, años antes superaba los
1000 habitantes; cuando la filoxera se cebó en la vid, principal recurso de la
población, causando una verdadera ruina. Se repoblaron años después gracias a
un vecino emigrante de la localidad, un tal don Fabriciano Pascual Sanz, que de
California, aporto en uno de sus viajes, sarmientos descendientes de los que
Fray Junípero Serra llevó a tierras americanas y plantaron por doquier en
aquellas tierras del sur de Estados Unidos, pero al ser insuficientes la crisis
vitivinícola se prolongaría al menos tres años más, que tardarían en dar los
primeros frutos las nuevas cepas. Hay octogenarios que niegan este suceso,
atribuyendo al entonces presbítero Cándido Herrero la labor de importar
sarmientos de Francia creando un vivero del que posteriormente serían
replantadas sus cepas, algunas de las cuales sobreviven a su longevidad y
convenientemente seleccionados sus frutos, así como el proceso de vinificación,
dan uno de los mejores tintos de la Ribera.
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abriciano Pascual
Sanz, conocido parcamente por sus familiares descendientes y por muchos fuentelcespenses
por su libro América fue mi destino, en
el que de forma autobiográfica nos transmite una serie de narraciones cuyo
origen gira alrededor de Fuentelcésped. El la página 64 del diario ABC fechado
el sábado 23 de Marzo de 1985, su entonces director, y miembro de la Real
Academia Española, Torcuato Luca de Tena
narra a modo de entrevista muy particular, una reseña biográfica de nuestro
paisano:
Don Fabriciano Pascual Sanz, que en su juventud fue
aprendiz de carpintero en el pueblecito burgalés de Fuentelcésped y camarero en
Madrid, y vendedor de calendarios publicitarios en México, y agente de
suscripciones para ABC y “Blanco y Negro” en Guatemala, es ahora un hombre
rico. Sus ochenta años cumplidos no restan un ápice de vigor a su salud ni
empaque a su apostura…. Don Fabriciano, cuya invidencia le impide escribir, las
dicta a su secretaria. “América fue mi destino” es el fruto de su recordación.
Y la obra fascinante, la que más hondo ha calado en mi ánimo de cuantas he leído
en los últimos años. Porque este octogenario
metido a narrador ha escrito ese libro que faltaba; la auténtica historia de un
emigrante español en América.
…ha cometido un error: ser el mismo el editor de su
libro. Con ello ninguna editorial de nombre lo tiene en sus colecciones. Un
exceso de prudencia o de modestia, le impulsó a pensar que nadie –salvo sus
familiares o amigos- podría interesar leer el libro de un novel de ochenta y
dos años…
La historia de un
emigrante, que según cuenta su libro hizo todo lo posible por ayudar en
momentos muy difíciles a Fuentelcésped, donde realmente este “indiano” fue de
algún modo “Profeta en su tierra”.
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