CRÓNICAS DE LA VILLA DE FUENTELCÉSPED

Creando futuro, recuperando el pasado

lunes, 19 de octubre de 2015

La realidad desconocida de un Cronista Oficial


La realidad desconocida de un Cronista Oficial

P
ocos meses llevaba dedicado a este benemérito y loable menester, hasta llegar al XLI Congreso en Jaén, donde pude comprobar en primera persona, los valores que transmiten los afiliados a la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales a través de la misma, tanto en el ámbito individual como en conjunto; una muestra que se erige en un compendio de valores humanos, que de un modo totalmente desinteresado, y en absoluto carente de abnegación y entrega, se pone de manifiesto a flor de piel a través de todos y cada uno de sus componentes. Personas de variopinta formación académica con un amplio denominador común: La superación de las metas de la cultura y el conocimiento.
Calle de la Fuente (Fuentelcésped)
Aunque es este poco tiempo que menciono, no llegué a darme cuenta de la ardua labor, tan difícil de evaluar por propios (más aún por extraños), y destacar el patente entusiasmo buceando en la memoria e historia de los pueblos y ciudades, destacando siempre lo genuino, lo auténtico y analizarlo todo en su momento para poder exponer y compartir.

Mi colega Ángel del Río, Cronista Oficial de Madrid, Villa y Corte y Getafe, autodefine a esta, nuestra, ocupación vocacional como: “…el escribano libre de los acontecimientos cotidianos, y en la medida que deja constancia de ellos, están desempeñando la delicada tarea de ser el historiador del fututo, porque  sus crónicas de hoy, serán referente histórico mañana, de ahí la importancia de valor su figura, su trabajo, su dedicación, por lo que animo a las corporaciones locales a que promuevan el nombramiento de más cronistas pare enriquecer en dedicación que tan importante labor histórica y social presta…
      

El cronista siempre aguarda a “pie firme” la llamada o requerimiento de su villa, pueblo o ciudad que un día no muy lejano en el tiempo, nos colmó con la dignidad de distinguirnos con su nombramiento de Cronista Oficial, que aunque muchos no lo sepan es un cargo totalmente honorario, y por supuesto no remunerado absolutamente…y diría más… a veces le resulta oneroso al cronista, tampoco como para perder la hacienda o la hijuela, pero dependiendo de las economías personales los gastos que se ocasionan se acusan de un modo más o menos “sonoro”. Y sobre todo volver a dejar patente eso de que los Cronistas no cobramos nada, ni estamos como tales en ninguna nómina de ningún municipio o localidad, a pesar de resultar tan chocante como anacrónico, dados los tiempos que corren donde “nadie danza a otro ritmo que no marque el dinero”.

Fuentelcésped, nevada en la plaza 10 Enero de 2009
Valorar positivamente y a corto plazo la labor del cronista resulta asaz difícil y complicado, hasta el punto que la mayor parte de los testimonios o crónicas, solo han gozado del reconocimiento, como mínimo, bastantes lustros después de haber sido escritas.

Del mismo modo, difícil resulta llegar al convencimiento que supone para el pueblo o ciudad que representa el cronista, del trabajo puramente dicho que lleva a cabo día a día, momento a momento…en cuanto al valor positivo del mismo.  

En cronista se mueve en unos nobles fines de la información, de rebuscar en lo ya hurgado, siempre a la búsqueda de la verdad, de una información que estuvo semioculta y quiere revelar a los demás, en transmitir datos tanto conocidos como inéditos de su villa, de su municipio; de algún modo contribuir a recuperar historia escondida.

Lo más triste de la realidad que aún no he revelado hasta el momento, es la falta de interés de municipios que por motivos inexplicados carecen de la figura de cronista.

La verdad que no le encuentro explicación, salvo sean los diferentes…De entrada en la Villa de Fuentelcésped, celebrando su presunto milenio de existencia, gracias a la modesta aportación de las crónicas de este servidor, tratando de crear futuro para la Villa, recuperando su pasado y sobre todo con el agradecimiento a la corporación municipal que tanto pone de su parte por requerir una grandeza olvidada.



 Mientras escribo esta crónica sigue lloviendo por la meseta castellana.

En los días de lluvia pueden pasar dos cosas, depende del lugar y ocupación que nos toca: te aburren o te animan.


¡Pensamiento a lo Paulo Coelho!

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