El sábado cambia la hora. Ahora vas y lo cascas…
Apenas hace unos
meses, digamos que en Marzo, que se cumplió el maleficio anunciado cada año: “ A las dos, serán las
tres…”y todo eso porque se dice que se gana una hora más
de sol, con lo que anochece entre las 20 y las 21 horas en la mayoría de los
días, y el amanecer se producirá más tarde. Esta medida que, desde hace algunos
años, divide a los expertos y entorpece el ritmo de vida de muchas personas,
especialmente los mayores, que no logran habituarse al cambio horario: Las
alteraciones transitorias, como la distimia (estado de ánimo deprimido),
somnolencia, irritabilidad, nerviosismo y cefaleas pueden aparecer en los
primeros días, y en muchos continúa hasta el otoño, concretamente el próximo
sábado, cuando volvemos a restaurar la hora GMT+1.
Pero esto no es todo En 1973 la mayoría
de los países industrializados adoptaron el cambio de hora para mejorar su
situación, que debido a la crisis del petróleo era energéticamente muy
complicada. En España durante la guerra civil ya se comenzó a adoptar el cambio
de hora, pero de forma caótica, resultando en diferentes horarios en las zonas
nacional y republicana. En 1974 finalmente se estableció el cambio de hora en
todo el territorio español.
¿Realmente se ahorra energía? ¿Caso
afirmativo es prioritario el ahorro frente a la salud de los ciudadanos?
Realmente ni los científicos llegan a
ponerse de acuerdo, y más cuando vemos que en la mayoría de las grandes
empresas la iluminación se mantiene encendida las 24 h del día, por otra parte
el alumbrado público, totalmente inmune al cambio, siempre se encenderá y
apagará con independencia de la hora que marque el reloj.
Como el lector comprenderá, en
Fuentelcésped… ni fu, ni fa.. casi mejor que nos dejen todo el año la misma
hora, así no se equivocan los del Ayuntamiento poniendo en hora el reloj…que
casi siempre pasa.
Pero la cosa viene de antiguo; salvo
alguna excepción aislada hasta el 15 de Marzo de 1940 en España siempre se
mantuvo el horario solar en toda la Península y Baleares, “casi todo el
territorio” dentro del uso horario correspondiente. Fue entonces cuando por
motivos logísticos a Adolf Hitler le vino en gana de unificar la hora de todos
los territorios invadidos, así la mencionada logística le daría menos
problemas. Parece ser que al general Franco le pareció una idea excelente y
también adoptaron la hora del Reich por eso el territorio español peninsular y
Baleares adoptaron el horario GMT +1, con lo que estos territorios pasaron a
tener la misma hora que el meridiano de Berlín, que era el que marcaba la hora
en todos los territorios controlados por el III Reich, es decir, de los
Pirineos hasta Rusia, exceptuando Grecia y Finlandia. Este horario es conocido
actualmente como CET (Central European Time).
Los países aliados en la contienda, y
también por motivos logísticos en la contienda mundial también adoptaron dicha
hora, más al acabar el conflicto todos volvieron a su horario habitual; España
NO, bien por olvido, nostalgia o vaya usted a saber.
Seguimos desde entonces desfasados
totalmente por una hora que no nos corresponde en absoluto, aunque lo suyo
sería la hora solar, nos podríamos conformar con la hora del meridiano de
Greenwich a pesar que existen dos husos horarios peninsulares si comparamos
entre Creus y Finisterre. ¿No es así?
¿AFECTARÍA AL TURISMO RECEPTIVO? En
absoluto, y menos los que buscan el tan promocionado Sol y playa, nuestros
visitantes tienen cultura madrugadora comparable a la de las gallinas, y se
levantarían al alba para disfrutar del Sol playero y el baño en la piscina que
precede a la paella… Y claro está, sus vacaciones en un país noctambulo en
cuanto a juerga y diversión se refiere, en lugar de plegar velas ( Que ya no lo
hace ni la tercera edad) se apuntarían al carro del jolgorio nocturno, por eso
están de vacaciones. Y en nuestro ámbito social nos da lo mismo, pues sea la
hora que sea, estando en vacaciones podemos estar al abrigo de la terraza en la
Plaza tomando un café hasta tarde.
Así que la teoría de las ventajas del
adelanto horario, se va al traste.
En el polo opuesto, nos permitiría tanto
el horario solar como el GMT una necesaria conciliación familiar, añadido a un
horario de trabajo civilizado y no ser condicionado de modo presencial donde se
mira raro a quien sale en su horario fijado, y se mira más por la citada
presencia que por su productividad, la cual se deteriora con estos extraños
horarios impuestos no precisamente para salvaguardar los derechos y salud de
los ciudadanos. Algún día lo sabremos. De momento, y afortunadamente lo que tenemos
claro es que el sábado noche dormiremos una hora más…
Aunque la idea no es nueva creo que
debemos conocer cuando a principios del siglo XX y durante la primera mitad del
mismo, se fraguó tal disparate:
La idea de cambiar la hora dos veces al
año para aprovechar mejor las horas de luz surgió en el año 1905, cuando el
constructor inglés William Willett se dio cuenta de que la mayoría de los
británicos no disfrutaban de la mañana porque estaban durmiendo. Además a
Willett, muy aficionado al golf, le fastidiaba acortar su recorrido cuando el
crepúsculo se le echaba encima.
Por ello, en 1907, William Willett
presentó un informe con su idea de adelantar y atrasar la hora en primavera y
en otoño respectivamente. Una solución que no se aplicó hasta 1916 en Alemania
y los territorios que ocupaba. Rusia lo empezó a aplicar en 1917 y Estados
Unidos en 1918. No obstante, no fue hasta el 15 de abril de 1918, cuando se
reguló este cambio internacionalmente y se aprobó la aplicación del 'horario de
verano' o Daylight Saving Time (DST) en todo el mundo
Así que por mucho que nos esforcemos por
conseguir firmas contra este cambio antinatural, los responsables del mismo,
campando por sus respetos, seguirán en sus trece y nosotros en las mismas,
presenciando año tras año en los meses del estío como sufren de insolación los
serenos o vigilantes nocturnos. Llevamos tres cuartos de siglo con el horario
equivocado.
Escuchar las horas de ese reloj en las altas horas de la madrugada debe ser una delicia... Encanto, embrujo, misterio.
ResponderEliminarSin lugar a dudas, José Morales
EliminarUn cordial saludo
¿De verdad se ahorra energía con el cambio de hora?
ResponderEliminarhttp://economia.elpais.com/economia/2015/10/22/actualidad/1445509353_986482.html
Hay otro factor a tener en cuenta: el avance tecnológico. “Antes tenía una bombilla que gastaba 100 y la apagaba durante una hora al día para ahorrar. Pero ahora tengo una que gasta 50. Y pronto llegarán las que gastan 10. En ese momento, el cambio de horario se volverá obsoleto”, ejemplifica. El punto, dice, es decidir si el ahorro tiene que medirse en dinero o en kilovatios. “Habría que hacer un balance, y ver cuánto cuesta en términos de productividad este jet lag que tenemos dos veces al año”.
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